Quebradero

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No va a ceder en nada

 

 

Por Javier Solórzano Zinser

En medio de los devaneos de la oposición si algo no debe de perderse de vista es que el Presidente no va a cambiar un ápice su estrategia y más bien va a fortalecerla y consolidarla hasta el final del sexenio.

En esto no hay concesión. Existen a estas alturas innumerables pasajes y pruebas para corroborar que  no va a cambiar en lo más mínimo. Si no se han dado cuenta en la oposición, lo cual rayaría en el absurdo, es cuestión de que hagan un seguimiento de lo que sucedió con la propuesta del Senado para designar a los  comisionados del Inai.

El primer error fue hacer una propuesta con candidatos sin consensos, uno de ellos había tenido las calificaciones más bajas. Si de por sí el Presidente no reconoce a los institutos autónomos con esta propuesta del Senado, para decirlo de manera doméstica, se pusieron de pechito.

Al Presidente no le parece por ningún motivo que las designaciones se hagan a través de acuerdos. Las cosas se hacen como él dice, no se hacen o termina vetándolas. No acepta que las designaciones en una institución como el Inai se lleven a cabo a través de acuerdos y consensos.

Las negociaciones no están en su radar. Es un asunto que se ha intensificado en los últimos años, pero si se revisa la historia del tabasqueño todo esto forma parte de su concebir y entender el quehacer político.

Así como están pasando las cosas en el Inai van a pasar de manera similar con el INE. No va a aceptar a alguien que no sea simpatizante de la causa y en eso va a empeñar su esfuerzo, sus presiones y, sobre todo, su poder.

El único espacio por donde se pudiera colocar una designación plural sería si Morena se divide, lo cual a estas alturas no se ve tan remoto, sobre todo en función de cómo las “corcholatas” están definiendo sus territorios.

En el caso del Inai el Presidente tiene derecho a veto hasta en dos ocasiones, ya lleva una. En caso de que vuelva a vetar la propuesta del Senado, lo cual es altamente posible, las cosas terminarían una vez más en la Corte. El Presidente no va a ceder. Si el y la candidata del Inai no son de Morena o afines no va a darles el visto bueno a los nombramientos, insistiendo que es el mismo camino que seguramente seguirá en el INE.

Sea cual fuera el desenlace, lo cierto es que el Senado tenía al Inai en el cajón y de ahí no lo sacaba, hizo las propuestas hasta que no le quedó de otra. La salida que le dio al tema fue lamentable, porque optaron por negociar, más que por buscar a los indicados. De haber seleccionado a los más preparados es probable que las cosas no hubieran sido diferentes, lo que hubiera sido diferente son los términos en los que hubiera quedado el Presidente, en algún sentido hubiera quedado en entredicho.

No fue casual que López Obrador el sábado pasado le planteara a las “corcholatas” que no se vale zigzaguear y que tiene que haber continuidad. Va a tratar a como dé lugar de meter a su gente en el Inai y el INE entre otros.

Está tratando al mismo tiempo de tener un control sobre los institutos autónomos y quitarles parte de su poder y particularmente su presupuesto. En el Senado no entendieron ni atendieron debidamente la narrativa del Presidente. Como candidato pudo haber ponderado a los institutos autónomos y a muchas ONG; sin embargo, todo esto formó lo que era parte de una estrategia para en su momento lanzar su proyecto.

Sus atribuciones le alcanzan para tener un control de las cosas, a pesar de la división de poderes. Estamos bajo escenarios en que la oposición sigue pensando que el Presidente se va a equivocar o va a ceder.

Se podrá equivocar, aunque no lo reconozca, pero no va a ceder ni tantito.

RESQUICIOS.

Se sigue tensando la relación con EU. López Obrador calificó el informe sobre derechos humanos como “politiquería… son unos mentirosos”. El viceportavoz del Departamento de Estado respondió “nunca hemos indicado que somos el gobierno del mundo…”  “no nos gusta esconder nuestros retos debajo de la alfombra”.