Quebradero

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No más pésames

Por Javier Solórzano Zinser

La violencia contra periodistas es la cara más visible de la inseguridad. No es que sea la más importante, lo que sucede es como parte del todo es la que llama la atención al exterior.

Las confrontaciones entre el Gobierno federal y los periodistas no van a parar. En la medida en que surjan voces críticas al gobierno está visto que serán señaladas bajo un doble rasero: el que tiene que ver con el derecho a responder y lo que pasa por lo poco afecto y sensible que ha resultado el gobierno hacia la crítica.

En lo que resta del sexenio es previsible que otros periodistas puedan ser señalados si al gobierno y al Presidente no les parece lo que exponen. El desgaste propio del poder puede ser ocasión del desarrollo de nuevos escenarios.

López Obrador es parte de la compleja relación que se ha establecido entre algunos gobiernos y periodistas en el mundo. Sin que el tema sea comparable, varios presidentes se han confrontado con medios y periodistas para desmentirlos y enfrentarlos porque están siendo vistos en muchos casos como una nueva forma de manifestación de la oposición, tanto por lo que dicen y escriben, y por lo que desde el poder se presume pudiera estar detrás de ellos.

Hace pocos días López Obrador hizo referencia a la forma en que el presidente argentino está enfrentando a los “conservadores”, entre los que ubicaba a un sector de los medios de comunicación. Más allá de la cercanía entre Alberto Fernández y el tabasqueño, lo que puede estar de fondo es una nueva forma de relacionarse o enfrentar a los medios.

No sólo en México también en otras naciones la relación pasaba y pasa por los dineros y porque sirve para la cogobernabilidad. Sin embargo, bajo las nuevas interrelaciones sociales, en las cuales se ha venido presentando un fenómeno de división interna, los gobernantes responden de manera directa a los periodistas, porque los ven como parte de la histórica complicidad entre medios y el poder político y porque en casos como el mexicano queda claro que la oposición está más entre los medios y las redes que en los partidos políticos.

El nexo histórico no se rompe del todo, porque existen mutuas dependencias difíciles de romper para la gobernabilidad. Como fuere, muchos gobernantes se deshacen de algunos medios o les toman distancia para crear nuevos espacios de expresión y, como ha venido sucediendo en el país, fortalecer los medios afines.

Los señalamientos y críticas desde el periodismo sobre el estado de las cosas pasan por muchos matices. Los gobiernos están en su pleno derecho a responder e incluso defenderse, pero no todo termina ahí. No se ha encontrado y, por lo que se ha visto, no se van a encontrar elementos de entendimiento básico; la relación se desgastó rápidamente.

La obligación del Estado es la de crear condiciones para el desarrollo del periodismo y en general para el desarrollo de cualquier actividad de los individuos en sociedad.

La multicitada carta del Parlamento Europeo se refiere a esto. Plantea que no se han dado condiciones para el desarrollo del periodismo y otro tipo de actividades. No responsabiliza al gobierno de los asesinatos de periodistas, se le señala como el responsable de la creación de condiciones para los profesionales como rector del país.

El reciente asesinato del periodista Armando Linares se inserta, al igual que otros casos, en esta dinámica. El gobierno está más preocupado por hacerse a un lado como responsable, insistimos no se le culpa de las muertes se le señala como responsable de la inseguridad que se vive en muchas ciudades del país.

La sociedad y las y los periodistas están cansados, hartos y llenos de rabia de estar recibiendo pésames.

RESQUICIOS

Sobre la revocación de mandato y los espectaculares. 1. Hay un problema de índole legal porque están fuera de la ley. 2. El #quesiga no tiene que ver con la consulta, a lo que se suma que nadie, que sepamos, está pidiendo que se vaya.