Quebradero

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AMLO-UNAM, no es sólo de ida

Por Javier Solórzano Zinser

El Presidente trae en la mira a la UNAM y a las universidades públicas. Se vislumbra que pudiéramos estar en el umbral de una acción que intente cambiar algunas cosas en la Universidad, algo así paso con el CIDE.

Ayer propuso una marcha por la Universidad en algo que parece ser una respuesta al paro que un grupo de estudiantes ha convocado para el 4 y 5 de noviembre.

Las razones conocidas son distintas de las López Obrador sobre la singular marcha. El Presidente deberá tener sus razones para sus críticas, algunas de ellas se aprecian ideologizadas con una visión parcial de la UNAM.

Integrantes de la comunidad universitaria han presentando razones fundadas para desechar e incluso contradecir al Presidente.

Lo que ha venido pasando es que de nuevo hay una mirada unilateral de las cosas por parte del Ejecutivo. El tabasqueño puede criticar con razón, pero difícilmente hace acuse de recibo cuando se le plantean opiniones, información y elementos que en un ejercicio dialéctico debería escuchar. La respuesta en función de lo que llama “otros datos” queda a deber en la mayoría de los casos.

En ciertos temas el Presidente opta por el discurso como respuesta, sabe la importancia que tiene en buena parte de la población y porque lo sabe también tiene claro lo que provoca entre sus opositores y críticos a los que llega a irritar por más que tengan sólidos argumentos.

A López Obrador le pasa de largo lo que desde la Universidad se ha expuesto sobre sus críticas. Da la impresión que no le importan, porque pareciera qué lo importante es lo que él dice.

En algo sí tiene razón el tabasqueño. La UNAM, como todas las universidades públicas, son susceptibles de la necesaria crítica. Es fundamental no perder de vista que con todo y su brillante pasado, dentro y fuera de las aulas, la Universidad se fortalece y desarrolla a través de la mirada de la sociedad a la cual se debe.

El Presidente, como ciudadano y como exuniversitario, tiene derecho a ejercer la crítica. No sirve desacreditarlo por haber tardado en recibirse o porque a lo largo de la carrera reprobó algunas materias. Ese argumento no pasa la prueba del ácido, porque bajo esa perspectiva, solamente quienes hayan seguido de manera puntual los requisitos universitarios para recibirse tendrían el derecho de hacerlo.

La cuestión está en que no queda claro qué busca el Presidente, porque de diferentes formas se ha expresado una defensa de la Universidad y no atiende para nada los argumentos que se exponen.

Dicho de otra manera, si le vamos entrar al tema no sirve de nada llenar a la UNAM de calificativos sin que medie un diagnóstico preciso sobre su desarrollo. Estos días se han dado a conocer gran cantidad estudios, investigaciones y análisis críticos sobre lo que tanto refiere el Presidente y de lo cual seguramente a través de estos trabajos, el propio López Obrador ha desarrollado sus opiniones, nos referimos al neoliberalismo.

Lo que es importante en medio del ríspido escenario es elevar el nivel del debate y asumir qué para que tenga sentido, se debe asumir de ida y vuelta.

Si el Presidente critica a la Universidad y ésta se defiende, da sus puntos de vista e invita al debate, por principio tendría que asumir la misma actitud respecto a las respuestas universitarias, a la vez que atender las críticas a diferentes acciones y políticas de su gobierno y no remitir todo a sus adversarios, opositores o neoliberales.

Esto es de ida y vuelta. Dicho de manera doméstica: “el que se ríe se lleva”.

RESQUICIOS

Falleció un personaje entrañable, Óscar Cadena. IMEVISION, hoy TV Azteca, fue un opción televisiva por varios años. Con Carlos Salinas su gobierno se deshizo de la televisora, pasando por alto que había sido el centro de una gran cantidad de personas, en pantalla y detrás de ella, que habían conformado un extraordinario proyecto de televisión pública, entre ellos, el muy añorado y talentoso Óscar Cadena.