Quebradero

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Migración. El discurso rebasado

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Sigue sin aparecer un auténtico acuse de recibo en el gobierno por lo sucedido en el centro migratorio de Ciudad Juárez.

Está visto que los migrantes viven en vilo en el país. Sin ir más lejos 23 de ellos desaparecieron en una carretera de San Luis Potosí, afortunadamente ya aparecieron. Como este caso hay muchos más, días después del horror en Juárez un grupo de migrantes fue agredido y retenido por parte de las autoridades, afortunadamente todo quedó en una gresca sin consecuencias.

Se está sumando información que refleja la vida ruda del país. Somos la tercera nación en el mundo con más agresiones a los defensores de los derechos humanos. También somos uno de los países con mayor agresión a los periodistas.

A pesar de todo esto y de muchos otros temas, como la violencia, la agresión a las mujeres y el alto número de personas desaparecidas, el gobierno ve las cosas por el espejo retrovisor. No se asume como corresponsable y como el centro para enfrentar todo este tipo de problemas.

El pasado se ve cada vez más lejos como elemento responsable de lo que estamos viviendo. No hay duda que traemos una losa de años en muchos temas, pero el gobierno lleva más de cuatro años en Palacio Nacional y algunos asuntos tendrían que tener matices distintos de los que tienen.

En algunas áreas en lugar de resolverse o al menos atemperar los problemas se han agudizado. Está dejando de tener razón de ser que para explicar las cosas todo se centre en el pasado echando por delante a los neoliberales, a los conservadores y a la corrupción imperante en aquellos años.

Es cierto que revertir las cosas es una empresa realmente compleja, pero en algunas áreas se ve muy poco avance y las que están padeciendo todo ello son algunas comunidades.

Con los migrantes la realidad le gana por mucho a los discursos y a lo que se presume es la buena voluntad. Estos días hemos conversado con defensores de derechos humanos y con algunas personas que encabezan los albergues migrantes.

No es exagerado consignar que en la gran mayoría de los casos señalan en buena medida al gobierno como responsable de muchos actos de violencia en contra de los migrantes. No se trata y no tiene sentido generalizar, pero lo cierto es que algunos de quienes trabajan con los migrantes señalan cada vez con más vehemencia al Presidente.

La visita que hiciera el Presidente a Ciudad Juárez dejó una mala imagen convirtiéndose en el centro de la crítica de estos grupos. Si bien estaba contemplada desde días atrás, lo que se vivió debió ser ocasión para que el Presidente al menos se detuviera a hablar con migrantes o incluso hiciera una visita al centro migratorio del horror. No se trataba de sacarse la foto como muchas veces ha dicho el Presidente que no quiere hacer, se trataba de un acto de solidaridad y, sobre todo, de que viera directamente lo que se vive en los centros migratorios del INM.

El extremo de las cosas fue cuando el Presidente acusó a una manifestante de ser enviada por la gobernadora de Chihuahua rubricando su molestia con un muy fuera de lugar “mi amor”. Estando el Presidente en Ciudad Juárez y habiendo pasado lo que sucedió, lo cual provocó la calcinación de 40 migrantes, lo menos que se pedía era una referencia al tema, sobre todo ante la exaltación de los ánimos, por el horror vivido y por lo que viven muchos migrantes.

Después de 12 días seguimos sin saber cómo vio las cosas el director del INM, el titular de Gobernación, el subsecretario de Derechos Humanos y el señalado canciller que lo único que ha dicho hasta ahora es que había cinco personas detenidas.

No hay acuse de recibo por más que quieran cambiarle el nombre al INM y habría que reparar que en el tema migratorio el discurso está siendo rebasado.

RESQUICIOS

Era obvio que China iba responder que no hay exportación de fentanilo ilegal. En el viaje arremetió contra Estados Unidos, lo único que hizo la carta fue subirlos a otro de sus rings.