Quebradero

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Los migrantes y los dólares

Por Javier Solórzano Zinser

Con todo lo que hacen y producen los migrantes por la economía del país bien podría el gobierno desarrollar una estrategia que les beneficie y no solamente andar llenando la vida de los migrantes de elogios reconociendo lo que hacen por sus familias.

Un poco antes de que llegara la pandemia se volvió a presentar un incremento de migración mexicana. Las condiciones adversas de la economía, la violencia en muchas comunidades y la falta de oportunidades laborales han llevado a que particularmente muchos jóvenes estén tomando la decisión de migrar.

No les queda de otra, porque tienen que buscar cómo ayudar a sus familias. De nuevo nos aparece el drama de ver cómo los jóvenes buscan cruzar la frontera, al tiempo que de alguna u otra manera los perdemos. Todo el proceso formativo que tuvieron en el país, el cual pasa por la educación y la salud entre otros, se va con ellos y, como fuere, es en EU en donde terminan por aprovechar su fuerza y sus conocimientos.

Hace algunos años la migración hacia la frontera era fundamentalmente centroamericana. Nunca ha dejado de presentarse la mexicana, pero el fenómeno se había diluido, porque de alguna forma había condiciones laborales que permitían que los jóvenes se quedaran en el país.

Al mismo tiempo en Centroamérica no se han dejado de agudizar los problemas de violencia y de carácter económico. Se está presentando un fenómeno cada vez más significativo de migración venezolana, nicaragüense y en menor medida cubana. La tendencia no ha cambiado en lo esencial en lo que corresponde a la migración de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Lo que es de llamar la atención es el crecimiento de la migración mexicana. Se calcula que de cada 10 migrantes entre 6 y 7 son connacionales. Algo está cambiando de manera profunda que está llevando a que desde hace algunos años venga creciendo la migración mexicana.

Un factor importante ha sido y es la pandemia. Sin embargo, no todo se concentra en ello, la economía del país ha tenido un magro crecimiento lo que ha llevado a altos niveles de desempleo, el pasado mes de mayo es un rudo ejemplo de ello.

Durante muchos años los gobiernos se han dedicado a mitificar la vida de los migrantes, pero poco se hace en la práctica. En los últimos años los planteamientos que hizo López Obrador como candidato se han diluido, ni dejamos entrar libremente a los migrantes centroamericanos como se prometió y, además colocamos una barda, como lo reconoció Donald Trump en su momento, que tiene materialmente hacinados a miles de migrantes en nuestras dos fronteras.

El hallazgo del tráiler con 53 migrantes asfixiados y otros tantos en condiciones de salud de alto riesgo es la manifestación de cómo las políticas migratorias han fracasado. En EU difícilmente se aprobará una reforma migratoria y menos ahora con los tiempos electorales encima y, sobre todo, por los riesgos que está corriendo Joe Biden en el Congreso; allá no pueden y quizá tampoco quieren y por acá hacemos como que hacemos.

Hace unos años nos decía el doctor Jorge Bustamante, gran personaje, experto en migración y fundador del Colef, que no recordaba una sola manifestación en México en solidaridad con los migrantes, esto nos habla, nos decía, de la pasividad no sólo del gobierno, sino también de la sociedad.

El tráiler encontrado en las afueras de San Antonio es la suma de todo esto. Las responsabilidades son compartidas y cada vez tiene menos sentido social y político ponderar y elogiar a los migrantes sólo cuando llegue el dinero.

RESQUICIOS

Sólo el tiempo dirá de qué está hecho el Frente Cívico Nacional. En el papel la idea es interesante, pero se requiere de algo más que voluntades para vencer a Morena y sobre todo al Presidente. El dilema está en que los partidos se unen para ello o asumen que tienen que apostar por el mediano y largo plazo para buscar reidentificarse; intentar vencer a Morena bajo el “quítate tú pa´ ponerme yo” no tiene sentido alguno.