Quebradero

Share

El que expone se expone

Por Javier Solórzano Zinser

En medio de las cotidianas tensiones surgió una más. Un video grabado por un grupo de personas dedicadas a la actuación y la música sobre el Tren Maya ha venido a ratificar las confrontaciones.

El video tiene un tono exhortativo, más que buscar confrontar al Presidente. Las participaciones intentan hacerle ver al mandatario la importancia que tiene que una de las rutas del Tren Maya no pase por algunas zonas, porque se afectaría el medio ambiente, no se manifiestan en contra de la obra.

El tema está a debate porque no ha habido una respuesta del todo clara por parte del Gobierno sobre el asunto. No se sabe si hay estudios sobre impacto ambiental en la zona, a lo que se sumó un desafortunado boletín por parte de la Semarnat. En lugar de alentar el debate e informar, se optó por desacreditar a un grupo de personas que tenían como objetivo exhortar a una revisión de un asunto.

La respuesta del tabasqueño también fue crítica hacia quienes aparecen en el video. A esta reacción se sumaron muchas voces que siguen de manera puntual al mandatario con tonos similares, pasando de la crítica al sarcasmo y la ironía perdiendo de vista el tono original exhortativo del video.

Lo sucedido no es excepcional. Forma parte del clima en que se han dado las cosas a lo largo de estos años. No solamente estamos ante las reacciones del Gobierno ante la crítica a sus proyectos, también estamos, en más de un caso bajo presuntas reflexiones críticas sobre los quehaceres del Gobierno que al final lo que se intenta es más bien desacreditarlo.

El video lleva a reflexionar sobre un tema de primera importancia: ¿solamente pueden emitir opiniones quienes son especialistas o quienes en algún momento enarbolan algún tipo de causas aprovechando las condiciones que les da su trabajo para buscar llamar la atención sobre temas que consideran de relevancia y en los cuales creen?

La pregunta no es tan obvia, porque en el fondo de alguna u otra manera se cruza la libertad de expresión. No se pasa por alto los muchos vivales y el protagonismo que suele presentarse en estas coyunturas.

Como principio, todos tienen el derecho a opinar reconociendo que la libertad de expresión es un derecho relativo, no absoluto. El hecho de que se emitan opiniones sobre algunos temas no puede ser exclusivo de quienes son especialistas o de quienes gobiernan.

Pueden gestarse tomas de conciencia y un atendible ánimo de buscar participar como parte de la sociedad para poder hacer valer lo que se piensa y sumarse colectivamente a la defensa de causas que se consideran relevantes.

Por delante van los especialistas y los técnicos; sin embargo, también están quienes sin ser conocedores del tema intentan llamar la atención de los problemas que están ante y entre nosotros; reiteramos que por delante están los que saben.

Es claro que en muchas ocasiones estos procesos han ido acompañados del oportunismo. En tiempos como los que vivimos se interpreta que todo lo que se plantea como una crítica al Gobierno forma parte de acciones políticas que tienen que ver con los “adversarios”.

Si bien el Presidente tiene motivos para considerarlo, también debe haber espacio para interpretar que la crítica no necesariamente pasa por el descrédito o por el ataque, sino que puede ser parte de propuestas de construcción de mejores entornos.

El caso del video se suma a muchos otros asuntos que desde siempre han estado en la mesa. En sociedades tan informadas todos tienen derecho a opinar como parte de la colectividad.

Saber hacerlo implica respetarnos y asumir que también es un deber como parte de la sociedad el opinar y no dejar que las cosas pasen de largo; no perdamos de vista unos y otros que el que expone se expone.

RESQUICIOS

Los nuevos hallazgos del GIEI sobre la desaparición de los normalistas en Iguala abren una nueva narrativa sobre el caso. Si nos atenemos a los videos están en evidencia quienes encabezaban PGR, Sedena, Semar, Gobernación y Presidencia.