Los pueblos indígenas, grandes y antiguos patrimonios
Por Leticia Perlasca Núñez
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado cada año el 9 de agosto, conmemora el día de la primera reunión del Grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre poblaciones indígenas de la Subcomisión sobre la promoción y protección de los Derechos Humanos, que tuvo lugar en 1992.
De acuerdo a las Naciones Unidas, la pandemia de COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades existentes, afectando de manera desproporcionada a poblaciones de todo el mundo que ya sufrían pobreza, enfermedad, discriminación, inestabilidad institucional o inseguridad financiera.
Desde la perspectiva de los pueblos indígenas, el contraste es aún más marcado. Está claro que en muchas de nuestras sociedades, el contrato social necesita una revisión, como mínimo.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo y el Navegador Indígena, los pueblos indígenas se enfrentan a importantes obstáculos en el desempeño de sus ocupaciones tradicionales y en acceder a oportunidades de trabajo decente, a la educación y a la protección social, una situación que se ve agravada por la pandemia del COVID-19.
Algunos datos nos muestran graves desequilibrios, por ejemplo, el 47% de todas las personas indígenas que trabajan no tienen educación, frente al 17 por ciento de sus homólogos no indígenas. Esta brecha es aún mayor en el caso de las mujeres.
Los pueblos indígenas con mayor presencia en el estado de Veracruz, de acuerdo al Atlas de los Pueblos Indigenas son: Chinanteco, Huasteco, Mazateco, Nahuas, Olutecos, Otomíes, Popoluca de la Sierra, Sayulteco, Tepehua, Texistepequeño y Totonaco.
Los pueblos indígenas poseen grandes y antiguos patrimonios. Nuestro deber es lograr que se escuchen sus voces, se respeten sus derechos y se mejore su bienestar.
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