La narrativa sobre el Poder Judicial
Por Javier Solórzano Zinser
El Presidente va a aprovechar hasta el último momento para arremeter con todo contra el Poder Judicial.
En la Corte ha encontrado diversas resoluciones contrarias a sus propuestas. La última fue la propuesta de reforma al INE. Las cosas se hicieron de manera tan desaseada en el Congreso que no había manera de que la Corte atendiera la reforma.
El proceso bajo el cual se aprobó el multicitado Plan B venía de origen mal hecho, varios morenistas lo dijeron en voz baja por razones propias del ambiente que se vive en el partido y por las acciones que podría tomar el mandatario, quien se sabe bien no le gusta que le cambien ni una coma a sus propuestas.
La Corte hizo lo que tenía que hacer sin que existiera de parte del Ejecutivo debate o diálogo alguno que pudiera destrabar las cosas. Por cierto, así como la Corte se negó a debatir el tema ante una propuesta similar hecha en el Congreso de Guanajuato con la mayoría panista por delante, también desechó el planteamiento con los mismos argumentos con que lo hizo con el Plan B.
En cada mañanera el Presidente termina por darle, para decirlo de manera doméstica, un zape al Poder Judicial y en el camino a la Corte. Poco importa si tiene razón o no, de lo que se trata es de colocar a este poder entre sus muchos seguidores como una suerte de lacra para la sociedad. Tan va teniendo efectividad esta narrativa que los argumentos del Presidente se repiten como si fueran la verdad.
Con los fideicomisos del Poder Judicial está repitiéndose la misma fórmula. Es difícil que los trabajadores se queden sentados ante las decisiones que se están tomando y que les van a afectar directamente. Es difícil que se queden solamente en sus oficinas cuando a lo largo de la actual administración han sido señalados. Se podrá particularizar con la Corte o los jueces, pero al final la crítica es sistemática a todo el aparato judicial.
Los trabajadores del Poder Judicial están en la calle, porque no solamente están protestando por el tema de los fideicomisos, sino porque han sido atacados e incluso en estos días se les ha dicho que “están de vacaciones”, “que no trabajan” y que “los están manipulando” como si no tuvieran capacidad de discernimiento.
Conversando con el líder del sindicato de los trabajadores del Poder Judicial nos planteaba que está sorprendido de que el Presidente no tenga toda la información, “no le están informando bien”, nos dijo. No necesariamente el Presidente está mal informado, quizá más bien está tratando de darle un giro a las cosas buscando a como dé lugar desaparecer los fideicomisos tratando de utilizar el ahorro para proyectos en esta parte final de su administración.
El problema que se puede venir es que las manifestaciones adquieran una dimensión mayor ante lo cual la gran paradoja sería que los trabajadores incrementen sus protestas de manera severa e intensa ante un gobierno que se dice defender a los trabajadores, pero el cual los está despojando de sus derechos ganados y adquiridos.
Si existieran otras condiciones en términos de la civilidad política muy probablemente podría debatirse de manera intensa bajo la base de qué cosas conviene mantener de los fideicomisos y cuáles hay que erradicar. Sin embargo, ese ánimo no existe colocando cualquier tipo de controversias en el conmigo o contra mí.
No se soslaya que el poder tiene un sinfín de limitaciones, fallas y hechos de corrupción, pero ha mantenido una línea firme en el marco de la ley para conservar su autonomía.
Los fideicomisos terminarán en innumerables amparos. El agarrón que se trae el Presidente con el Poder Judicial no parará, es más, Claudia ya anunció que viene la segunda parte.
RESQUICIOS.
El ataque a un hospital en Gaza es una de las manifestaciones brutales de la guerra en el Medio Oriente. Los muertos acabarán hablando y actuando a través de futuras generaciones que ya van creciendo en medio del odio y seguramente con el deseo de venganza como forma de vida.