La Policía Ministerial de Veracruz detuvo en el estado de Querétaro a los presuntos asesinos de Viridiana Moreno, cuyo cuerpo, aseguran autoridades, fue encontrado en Chachalacas.
El Gobierno de Veracruz y la Fiscalía General del Estado (FGE) presentaron un avance sobre el estado que guarda la investigación. En un mensaje conjunto, la FGE confirmó que lograron establecer el modus operandi y, con base en los mandatos judiciales respectivos, detener a Greek “N” y a Adamari “N” como presuntos responsables del feminicidio.
«Fue posible detectar que Greek “N” presuntamente cometió el delito de feminicidio en Morelos, en marzo de este año, en donde se identificaba con otro nombre y actuaba con el mismo método de engañar a sus posibles víctimas, con falsas ofertas de trabajo, suplantando identidades, a fin de evadir la acción de la justicia.
«Gracias a tareas de investigación, fue posible determinar que el 1 de mayo de 2022, Greek “N” llegó a trabajar a la zona turística de la localidad de Chachalacas, encontrándose siempre en compañía de una femenina con la que vivía y trabajaban en el mismo lugar, habiendo rentado dos habitaciones, estableciéndose que en la primera de ellas la habitó, mientras que en la segunda, se presume llevó a cabo el feminicidio.
«Para corroborar la identidad de la víctima se realizaron trabajos de identificación forense con los elementos anatómicos, recuperados de los trabajos de investigación se obtuvieron datos técnicos-científicos en materia odontológica, medicina, antropología, criminalística y genética, así como mediante la confronta de huellas dactilares.
«Asimismo, se informa que la Fiscalía General del Estado de Veracruz solicitó órdenes de aprehensión, que han sido cumplimentadas en contra de Greek “N” y Adamari “N”, como presuntos responsables de estos hechos, siendo ésta última, pareja sentimental de Greek “N», informó la fiscal Hernández Giadáns.
El gobernador Cuitláhuac García a su vez condenó los actos cometidos por el presunto responsable, calificándolo como «inédito y aborrecible, que ante los reiterados intentos de evasión de la justicia, en otros dos casos similares, con perversa vocación de un repugnante probable asesino serial, tristemente un profesional en el uso mediático de las redes sociales, era imprescindible una ruta de secrecía obligada, discrecionalidad y que sustituyera a la presión de la sensible indignación por efectividad en la investigación con un resultado infalible: que haya justicia, que no haya impunidad», dijo.
