Quebradero

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El reportaje

Por Javier Solórzano Zinser

El problema para el Presidente con la difusión del reportaje sobre la vida privada de su hijo mayor es que por más que puedan surgir explicaciones el entorno del Presidente termina alterándose.

Es cierto que a quien se eligió fue a López Obrador, pero en el camino el tabasqueño lleva a su familia de la mano. No puede responder por lo que hacen sus hijos, de no ser como ha dicho en varias ocasiones por el menor; sin embargo, lo que se diga sobre su familia, lo que incluye a sus hermanos, le repercute y afecta.

El tema ha servido para un nuevo toma y daca entre periodistas y el Presidente, a lo que se suman las redes cargadas de filias, fobias y señalamientos de toda índole llegando al insulto.

El asunto es delicado, porque pone sobre la mesa escenarios ante los cuales de manera sistemática el Presidente señala, acusa y demanda. El problema para el Presidente es que está siendo tocado en una de las áreas de mayor sensibilidad.

La crítica parte de la contradicción en la que puede estar cayendo el Presidente. Por un lado, tiene un discurso vehemente en contra de los lujos y sofisticación apelando a la sencillez, modestia e incluso humildad en nuestras vidas. Pero, por otro lado, en su entorno inmediato aparecen signos de lo contrario, los cuales se utilizan para tratar de poner en evidencia al Presidente.

Si alguien tiene conciencia de ello debe ser el propio López Obrador. Suponemos que el hecho de que no se haya dado una respuesta inmediata, como suele hacerlo, pudo ser por un acuse de recibo, que por más que supiera sobre todo ello, no deja de afectarle.

Quizá lo que más molesta al mandatario sea el hecho de que se le compare con otros presidentes y sus entornos, pero en función del reportaje, reconociendo las particularidades que pudiera tener la vida de su hijo, las referencias al pasado terminan por tener una lógica.

Somos de la idea de que no cabe la comparación entre los expresidentes y el tabasqueño. La esencia de López Obrador es muy distinta a quienes le antecedieron en el cargo, pero es un hecho, el reportaje puede repercutir.

No está fácil salir del embrollo, porque el hijo del Presidente tiene derecho a hacer la vida que quiera, lo que cambia el escenario es que desde el momento en que su papá es el Presidente de México inevitablemente quede expuesto e inevitablemente expone a los suyos.

Por más que el Presidente trate de separar los terrenos se trata de su hijo, el cual con todo y que tuviera al tanto a su familia, sabía de las consecuencias que podría tener en el entorno de su papá, de su imagen y eventualmente del gobierno.

Las consideraciones del Presidente han puesto énfasis en su interpretación sobre el reportaje y lo que provoca. Quizá se deba a que quiere colocar este lance como parte de un ataque a su gobierno, más que meterse en terrenos delicados, pero necesarios para entender en qué estamos.

Al final lo que refleja el reportaje son las formas de ver y actuar trátese de quien se trate. Todo adquiere una enorme dimensión por el discurso del Presidente sobre estos temas, pero lo que hay de fondo es la forma en que vive uno de sus hijos a lo cual tiene derecho.

Dicho de otra manera, las cosas se pueden ver de muchas maneras en la propia casa del Presidente. La mirada presidencial que divide y confronta a la sociedad muestra en esta situación una visión distinta, no tiene sentido seguir alentando la división.

Lo que es un asunto a atender es lo que tiene que ver con la eventualidad de que haya un conflicto de interés. Es un tema que rebasa lo privado ante lo cual el gobierno, y particularmente el Presidente, debiera atender y aclarar.

RESQUICIOS

La revocación de mandato tuvo ayer dos momentos importantes. La Corte está proponiendo cambiar parte de la pregunta y Hacienda le negó dinero al INE para organizar la consulta. Lo primero va por buen camino, lo segundo va al encontronazo, a los gritos y sombrerazos y quizá a una consulta que no tendrá la cobertura exigida.