Tiempo de tapar el pozo
Por Javier Solórzano Zinser
El accidente del jueves pasado, en el cual perdieron la vida 55 migrantes, es la cara más abyecta de la migración.
La desinformación es un factor determinante. A los migrantes les llegan todo tipo de reportes y rumores, en muchos casos terminan creyendo todo lo que dicen y escuchan entre sus deseos y esperanza lo que los lleva a tomar decisiones que los pueden llevar a tragedias como la del jueves.
Las voluntaristas y confusas políticas migratorias de Barack Obama son ejemplo de ello. Fueron interpretadas como si se fuera a abrir la frontera cuando lo que se propuso fue revisar caso por caso para evaluar el ingreso al país. Las citas para los migrantes tardaban meses lo que obligó a quedarse varados en el país.
Para muchos migrantes haitianos que venían de Brasil, donde estuvieron trabajando en las obras de construcción para los Juegos Olímpicos y el Mundial, fue tomado como banderazo de salida. No tenían trabajo y no querían regresar a su país por innumerables y justificadas razones.
Creían que en Tijuana se podía pasar a EU sin saber que la colonia haitiana está en Florida. Imaginemos los miles de kilómetros que recorrieron, a lo que se suman vejaciones, asaltos y abusos de toda índole en su viaje de esperanza y pesadilla.
Junto al respeto a los derechos de los migrantes, la creación de un mayor número de albergues, el compromiso de los gobiernos de la región, la lucha frontal contra los polleros y la delincuencia organizada, y el asumir las responsabilidades que tiene México, más que señalar a EU, debe estar la información precisa que pueda aclararles todo tipo de dudas a los migrantes.
Ante estas circunstancias, muchos migrantes han optado por intentar quedarse en México. Ante la imposibilidad y el abierto riesgo de intentar llegar a la “línea” están buscando quedarse porque a pesar de que no se les ofrezcan las condiciones que imaginaban, si algo no quieren por ningún motivo es regresar a su país de origen.
La migración parte de las desfavorables condiciones económicas, sociales de millones de personas, pero es muy importante considerar las condiciones políticas en que viven. Huyen de caciques, de la violencia, de la Mara Salva Trucha, de la delincuencia organizada, de los narcotraficantes y de gobiernos que los han dejado a la intemperie.
A lo largo de muchos años se ha querido ver como un fenómeno incluso con tintes románticos. Quizá en su momento lo fue, en buena medida marcado por los medios de comunicación, en particular el cine.
Las cosas son cada vez más difíciles y complicadas llevando a los migrantes a pasar de la esperanza a la pesadilla hasta la muerte. Los gobiernos se regodean con las remesas, López Obrador ha sido como pocos enfático en este tema. Reconoce sistemáticamente a los migrantes, los llama “héroes”, pero en la práctica muy poco se ha dicho para trascender en favor de los migrantes en cuanto a la defensa de sus derechos y la lucha en contra de la delincuencia organizada.
Una situación colateral que cada vez es más dramática y peligrosa es el tráfico de personas. Se ha alertado en innumerables ocasiones sobre ello, porque más allá del problema mismo una gran cantidad de menores está siendo secuestrada. Estos lamentables escenarios han sido denunciados en muchas ocasiones, pero el gobierno, éste y los anteriores, en lugar de crear mejores condiciones para la inevitable migración han optado por regodearse con las remesas.
Perdón por el lugar común, lo del jueves era una crónica más de una tragedia anunciada, ahora andan en el tiempo de tapar el pozo, a ver cuánto les dura.
RESQUICIOS
La Guardia Nacional asegura que el tráiler no pasó por ningún retén. Partamos que así fue, lo que sorprende es que con la vigilancia tan estricta, incluso en aeropuertos del sureste no se hayan preguntado por un transporte que iba a alta velocidad a plena luz del día y que circulaba por carreteras donde llegan a caminar las caravanas migrantes.