Quebradero

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Las encuestas y la elección

Por Javier Solórzano Zinser

En algunos estados las encuestas han sido objeto de una infinidad de espectaculares como forma de evidenciar la ventaja de un candidato o candidata.

Resultan paradójicas las estrategias de candidatas y candidatos que colocan en sus espectaculares a quienes tienen presuntamente ventaja, sin importar a qué partido pertenecen. En Morelos se encuentran en el mismo espectacular la candidata a la Presidencia de Morena, la candidata del PRI-PAN-PRD al gobierno del estado y el candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca del PAN.

Lo que les une en el mismo espacio es que según una empresa encuestadora los tres aspirantes llevan ventaja sobre sus adversarios. Resulta particularmente extraño que estén en el mismo espectacular tres candidatos de tres diferentes fórmulas, lo que puede interpretarse como que son del mismo partido. Se trata de utilizar lo que sea, con tal de que con base en las encuestas verse con ventaja y si se quiere hasta, presumiblemente, ganador.

Las encuestas se han ido convirtiendo en un elemento clave de las campañas. Todas las críticas que se vierten sobre ellas pasan a segundo plano cuando quien las critica es colocado por delante. Valen en la medida en que le beneficia a los suspirantes, de otra manera, se habla de que están cuchareadas, de que no tienen buena metodología, que son pagadas, más todo lo que hemos ido aprendiendo y especulando a lo largo de todos estos años.

Las encuestas son un instrumento de medición imperfecto. Nadie presume que sean definitivas, tan es así, que en la parte inferior se presenta la metodología y, sobre todo, el margen de error. Existen una gran variedad de variables que intervienen en el desarrollo de las encuestas, lo cual pasa por dónde se aplican, a quién se aplican, el tipo de pregunta, si es en el domicilio, o por teléfono y qué es lo que se hace en caso de que no se quieran responder.

Mucho de lo que ha pasado en los últimos meses es que en más de una ocasión la gente no quiere contestar o de plano les cierran la puerta. Son muchos los elementos a considerar, pero también se tiene que identificar que las encuestas son el referente más acabado que tenemos para conocer en el aquí y ahora qué es lo que piensa la ciudadanía respecto a las y los candidatos que participan en las elecciones.

Las encuestas van siendo fotografías cotidianas del proceso, el momento es el 2 de junio sin soslayar que las encuestas permiten ver cómo van las cosas en el aquí y ahora.

¿Qué tan definitivas son? Estudios en muchos países han demostrado variantes de toda índole. El electorado no necesariamente responde lo que va a hacer por diferentes factores, entre los cuales está desde la duda hasta los temores de que pudieran quitar los programas sociales.

En estos días las encuestas van a jugar un papel todavía más preponderante para tratar de hacer ver quién tiene la ventaja, pero también para evidenciar a las empresas encuestadoras.

Bajo estas consideraciones habrá que saber leer el que desde que Claudia Sheinbaum ganó la encuesta para ser la candidata del oficialismo, en la gran mayoría de las encuestas no ha perdido su significativa ventaja. Quiere decir que existe una tendencia a su favor, independientemente de todas las opiniones que se hagan sobre las encuestas.

La clave es el 2 de junio, lo otro forma parte de mediciones que no pueden asegurar lo que puede pasar. Las encuestas tienen su valor, pero los que dicen quién va a ganar somos los ciudadanos. No se trata de reconocerlas si les va bien o desacreditarlas si les va mal.

No son la panacea. Son un referente. Si queremos saber qué va a pasar nos vemos el 2 de junio, no antes.

RESQUICIOS.

El Presidente aseguró que el Gobierno “no quiere inversiones que vengan a destruir nuestro territorio”, en referencia a la declaración del secretario de Estado de EU sobre la eventual expropiación de Vulcan Materials en Playa del Carmen. Con razón en las redes más de alguno le dijo al Presidente ¿y el Tren Maya apá?