Por Ruby Soriano
La brutalidad de una ejecución como la del michoacano Hipólito Mora, ex líder de las autodefensas en esa región del país, expone la moneda de cambio elegida por el mandato López-obradorista que ha cedido frente a la irrupción y dominio de los grupos de alto alcance criminal.
En cinco años, México ha aprendido a consolidar su “sana convivencia” con los criminales que nunca como hoy, se sienten en la antesala del poder.
En una de las entrevistas concedidas a medios de comunicación, Hipólito Mora dejó claro que: “El gobierno de México no combate a los criminales porque los necesita para las elecciones”.
La frase de quien fuera líder de las autodefensas en la zona de Michoacán expone esa realidad que ya no se puede ignorar, sobre todo, cuando se palpa el desbordamiento de la violencia en todas las regiones del país, donde los grupos criminales han sentado sus reales para exigir el pago por derecho de piso, amedrentar pueblos enteros, secuestrar y ejecutar en la más completa impunidad.
Escuchar a un Presidente AMLO celebrar los cinco años de su arribo a la presidencia del país afirmando que vamos bien y con una gran transformación, se convierte en la falacia de un hombre que terminó por creerse sus propias mentiras.
¿Cuántas ejecuciones más reportará un país como México, donde se llama a abrazar a los criminales?
Morena y grupos delincuenciales han signado pactos de mutua colaboración donde además de ganar elecciones, el objetivo es la repartición y control del poder en los territorios carcomidos por el crimen organizado.
El país se encuentra en la víspera de una sucesión presidencial en medio de un panorama donde el narco gobierno se ha convertido en la nueva realidad electoral en México.
No hay zona del país que se escabulla a la operación de los grupos la delincuencia, que han encontrado buen cobijo en el llamado “partido de la transformación”.
Algo durísimo para la democracia mexicana que hoy se disfraza de una izquierda apalabrada con aquellos que siembran violencia y muerte en territorio nacional.
Han sido decenas de activistas, periodistas y mujeres que han perdido la vida en un sexenio plagado de desaciertos, donde se ha mutado a los viejos estilos del régimen corporativista y populista, donde los fanatismos no dan lugar a la crítica, ni mucho menos a expresar la dolosa realidad de un gobierno comprometido con la delincuencia.
Hipólito Mora se atrevió a decirlo. Hoy sus palabras quedan como un testimonio letal para un México hundido en los odios y la polarización.
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