“Los ambidiestros”, nueva fauna política

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Por Ruby Soriano

En una mezcla de cinismo, desfachatez e impunidad, la clase política dorada de un morenovallismo en franca resurrección, se retiró la careta para asistir públicamente al último informe de su rescatista y benefactor, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Sonriente, desparpajado y sin las señales que deja la prisión, apareció el ex operador político del extinto gobernador Rafael Moreno Valle, hablamos de Eukid Castañón, quien se dijo retirado de la política como un mero atajo para las especulaciones, pues casi es un secreto a voces que operará ahora con los morenistas del próximo gobierno del Estado que encabezará Alejandro Armenta y con el gobierno municipal que ya preside José Chedraui Budid.

En el final del acto se dejaron llegar “los ambidiestros”, esos personajes que en antaño robaron, extorsionaron, amedrentaron y saquearon a Puebla en aras de lograr un proyecto político que pareciera haber terminado cercenado con la caída de un helicóptero, pero que fue levantado por “el amigo Salomón”, quien poco a poco, los fue sacando de prisión, les dio empleo, negocios, contratos, como para dignificar la dura caída que había tenido.

A la par de Eukid, se dejaron ver Patricia que como su apellido lo dice, hoy es “Leal y Salomónica” frente a los buenos negocios que le dejó el mini gobierno de su amigo Sergio.

También reapareció el ex líder panista Jesús Giles y el ex vocero del morenovallismo, Marcelo García Almaguer. Y qué decir de Jorge Aguilar Chedraui quien tiene tiempo para tomarse fotos con Genoveva Huerta y Mario Riestra, pero también para ver cómo se van amarrando los negocios en el Ayuntamiento morenista con un gran tufo morenovallista.

Todos estos personajes van con “las manitas” guindas y el corazón azulado, pues digamos han prendido dos veladoras, porque hoy Puebla da para hacer negocios con Morena y ¿por qué no? recuperar la desdibujada dirigencia panista que traería muy buenos dividendos para los personajes en cuestión.

Es la política en carne viva con las ambiciones de quienes resucitados regresan para pelear dos pasteles: Morena y PAN.

Y quizá logren el ansiado “jonrón” para llevarse carro completo y tener la mano derecha en el PAN y la izquierda en Morena.

Son los nuevos tiempos de desaseo y desfachatez que parecieran pasarles de noche a los ciudadanos, pues saben que los poblanos adolecemos de esa memoria que tendría que ser implacable.

El mini sexenio de Sergio Salomón concluirá con abolladuras propias del rastro que siempre dejan lo negociazos al amparo del poder. Mucha obra, mucho diezmo, muchas “asesorías”, muchos “chayotazos”.

La embestida de la hoy diputada Rosario Orozco, viuda del extinto gobernador Miguel Barbosa resultó tardía, pero develó lo que era un secreto a voces. Confirmó la forma en la que los poblanos “nos hicimos, sin querer” de un gobernador que convenía no a Puebla, sino a los negocios de un grupo que ha ido brincando de sexenio en sexenio.

La viuda también padece amnesia al querer vender una imagen impoluta de su marido que persiguió y encarceló a todo aquél que se resistía a sus caprichos y negocios. Así como igualmente olvidó el veneno desplegado por la ex vocera del difunto gobernador.

El escándalo no sólo se halla en las prebendas y cañonazos que se repartieron entre los diputados morenistas de la anterior legislatura estatal, sino se centra en esa bancada panista que tendría mucho que contarnos a los poblanos sobre los “beneficios, pagos y prebendas” que esa noche de los teléfonos apagados se negociaron y que hoy saltan a la luz.

Puebla de los sobornos, de los mini sexenios y de las dos voceras en bandos contrarios que curiosamente se les mueren los jefes o terminan por salarlos.

 

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