Por Jesús J. Castañeda Nevárez
Ya llegaron los apagones a nuestro país y aunque traten de minimizarlos argumentando la ola de calor que ocasiona una sobre demanda de la energía eléctrica, eso no es exactamente la causa de que hoy estemos sufriendo de apagones y pudiera ser que apenas estemos iniciando una escalada de fallas en el suministro de la energía, que podría ponernos en situaciones muy parecidas a lo que sucede en Venezuela, simplemente porque ellos así empezaron.
¿Y qué era Venezuela antes de la llegada de Hugo Chávez a la presidencia en 1999, esto es, antes de los apagones?
Venezuela es miembro de la OPEP desde 1960. La OPEP es una alianza de estados con actualmente quince Estados miembros y excepto Ecuador y Venezuela, todos los países se encuentran en África o el Oriente Medio. Venezuela presentaba uno de los niveles de vida más altos de la región, con una clase media consolidada.
Aunque dependía fuertemente de las exportaciones de petróleo, también tenía una economía diversificada con sectores como la agricultura, la industria manufacturera y los servicios.
Venezuela tenía estabilidad democrática, se consideraba una de las democracias más estables de Latinoamérica, con elecciones regulares y transiciones de poder pacíficas.
Venezuela fue alguna vez uno de los tres mayores productores de la OPEP, pero hoy su industria está en declive tras el colapso de la economía del país como resultado de las políticas del gobierno chavista.
Hoy en día, Venezuela ocupa el penúltimo lugar en la OPEP, apenas por encima del Congo.
Así que, si bien Venezuela no era un país exento de problemas, presentaba indicadores sociales y económicos relativamente mejores que la grave crisis que enfrentaría después de la llegada de Chávez al poder.
Ahora, a 25 años de la llegada del Chavismo a Venezuela los apagones son frecuentes y afectan a gran parte del territorio venezolano, especialmente las principales ciudades como Caracas. Algunos apagones pueden durar desde varias horas hasta días.
Las causas principales son la falta de inversión y mantenimiento adecuado de la infraestructura eléctrica, así como sequías que afectan la generación hidroeléctrica que es la principal fuente de energía del país, lo que ha tenido un impacto profundo en la población, paralizando actividades económicas, afectando servicios básicos como hospitales, y generando problemas de seguridad e incomodidad generalizada.
El 7 de marzo del 2019 se produjo un apagón que llegó a afectar prácticamente a todo el país y llegó a sumar 96 horas continuas, 4 días sin flujo eléctrico en Maracaibo, la segunda ciudad más grande, así como en otras importantes urbes del centro occidente del país.
Según el gobierno de Nicolás Maduro, la falla fue causada por un «sabotaje» en la principal hidroeléctrica del país, la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (también tienen por allá a Calderón).
El gobierno ha tomado algunas medidas para tratar de mitigar la crisis, como racionamiento eléctrico, pero sin lograr resolver la situación de forma estructural hasta ahora y los apagones siguen siendo un grave problema que afecta severamente la vida cotidiana de los venezolanos y para el cual aún no se ha encontrado una solución definitiva.
Y seguramente se podrá cuestionar ¿qué tiene que ver el problema eléctrico de Venezuela con México?
Existen algunas semejanzas entre la situación de los problemas eléctricos en Venezuela y México, aunque también hay diferencias importantes:
Similitudes: ambos países tienen un enorme potencial en cuanto a la disponibilidad y potencial de explotación de recursos naturales y energéticos, lo cual ha sido históricamente relevante para sus economías, pero ambos tienen Gobiernos populistas y sus mandatarios son seguidores fervientes de Chávez haciendo exactamente lo que les dice “el librito cubano”.
Venezuela enfrenta una severa crisis multidimensional que ha generado un fuerte impacto social, político y económico, con serias consecuencias para la población, pues están atrapados en una alta tasa de pobreza y desigualdad, escasez de alimentos, medicinas, con un sistema de salud deteriorado y con pocas oportunidades de solución al haberse perdido completamente la vida democrática y vivir en una dictadura.
La gran diferencia con Venezuela estriba que en México todavía se puede detener el riesgo de sufrir el mayor “apagón” de su historia, si el próximo 2 de junio todos los electores acuden a votar y razonan bien su voto. Sólo así México no se apagará definitivamente.