Renovar esperanzas 

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Por Raúl Arias Lovillo

Iniciamos el año 2024 con bastante incertidumbre sobre lo que puede pasar en los próximos meses. No es un año más en nuestras vidas, se trata de un año donde nos jugamos nuestro futuro y el de varias generaciones de mexicanas y mexicanos.

La disputa electoral de este año no es entre la izquierda y la derecha, si no entre el autoritarismo que defiende el gobierno y su partido Morena, frente a la propuesta de restauración de la democracia de la alianza PRI-PAN-PRD y de la sociedad civil organizada.

Poco a poco se van sumando miles y miles de compatriotas que se han convencido -o se van convenciendo- que el proyecto de la cuarta transformación ha sido una desilusión y un tremendo fraude. “Primero los pobres” no ha pasado de ser una consigna demagógica que nunca encontró asidero en políticas públicas que construyeran las condiciones para reducir los niveles de pobreza en nuestro país. Hoy hay más pobreza y marginación social que al inicio del gobierno. El reparto de dinero y los aumentos del salario mínimo han sido políticas populistas que, de acuerdo a las evidencias estadísticas, no logran disminuir las necesidades de los sectores sociales más desfavorecidos. La estrategia que se esconde detrás de estas medidas es la descarada compra del voto para la 4T. Un gobierno que ofrece resultados exitosos a la ciudadanía no necesita comprar su voluntad en los procesos electorales. Pese al dolor que causa a los fanáticos seguidores del gobierno, no existen éxitos tangibles en el desempeño de gobierno de AMLO. Al contrario, el gobierno de la 4T se ha convertido en una verdadera calamidad nacional. Todas las obras emprendidas llevan el sello de la mediocridad en su construcción, su falta de planeación y sobre costos exhorbitantes han llevado a registrar a este gobierno como el mas despilfarrador en la historia de México.

Frente a la continuidad que pregonan las candidaturas de Morena y el propio AMLO como oferta política para el próximo sexenio, se ha venido fortaleciendo la propuesta de la oposición política del “Frente Amplio Fuerza y Corazón por México” que impulsa la candidatura de Xóchitl Gálvez. Aquí la oferta política se orienta a restablecer la democracia y a recuperar al país del mayor desastre de su historia. Por ello se lucha por la restauración de la división de poderes en la República, base del Estado de Derecho, la defensa de los órganos autónomos que fortalecen la democracia, contra el militarismo y las mentiras sistemáticas del gobierno, así como institucionalizar la transparencia y la rendición de cuentas de todas los actos del gobierno.

La oposición política a AMLO no ha formado una simple alianza electoral para ir juntos en la elección del próximo 2 de junio. Ha configurado un Gobierno de Coalición que emprenderá su ruta al ganar esa elección. Esto significa que veremos, por primera vez en la historia de México, una negociación política de alto nivel entre todas las fuerzas que constituyen el Frente Amplio para gobernar en coalición los próximos seis años. Se construirán las condiciones para integrar un gobierno plural, de mujeres y hombres de honestidad y capacidad probadas. Se diseñará un programa de gobierno con las propuestas de todos los partidos y sectores sociales. Los presupuestos del gobierno no estarán determinados por la voluntad presidencial sino por las necesidades sociales, entre otras muchas propuestas que se desarrollarán. En esto deposita la ciudadanía sus esperanzas.

En el caso de nuestro estado, la aspirante a la gubernatura de Morena aparece como una candidata sin propuestas -excepto la continuidad del proyecto de la 4T- con un negro historial como funcionaria. Veracruz no le debe absolutamente nada, por el contrario, no consiguió la reducción de tarifas de luz como se hizo en Tabasco, la refinería Dos Bocas es un absoluto fracaso y su gestión se caracterizó por la opacidad en el otorgamiento de los contratos de construcción. Y tiene una enorme responsabilidad en el recorte de mil millones de pesos para el mantenimiento de la planta núcleo eléctrica de Laguna Verde, que significa jugar realmente con la vida de los veracruzanos. Si a todo lo anterior se agrega el origen no veracruzano de esta candidata, el cuadro está completo para el fracaso.

Las esperanzas en Veracruz están depositadas en Pepe Yunes, candidato del “Frente Amplio Fuerza y Corazón por México”. Ha logrado, después de una larga pero efectiva negociación, consensuar los apoyos de todas las fracciones de los tres partidos de oposición. Y algo que poco a poco va logrando, el apoyo de la ciudadanía que no milita en los partidos. Su carisma, su lenguaje sencillo y las propuestas muy cercanas a lo que la gente desea para nuestra entidad, constituyen una candidatura ganadora que seguirá creciendo en los próximos meses.

Para la oposición ganar la elección, a nivel nacional y a nivel estatal, no será una tarea fácil. Se está enfrentando una elección de Estado que utiliza todos los recursos públicos, recortando presupuestos de programas prioritarios y sociales. La ciudadanía jugará un papel fundamental para enfrentar todo el poder electoral de Morena y su participación será vital para convertir las esperanzas en realidad. Otro México es posible, otro Veracruz es posible.