¿Qué Congreso esperamos?

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De acuerdo a la empresa de análisis de opinión y mercado, Parametría, en esta elección más que nunca la estimación del Congreso no depende necesariamente de una medición precisa, sino de un tema de regulación.

Depende en buena medida de las decisiones del Instituto Nacional Electoral o de una decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en última instancia. De alguna manera siempre han sido esos los márgenes, pero nunca como en esta elección.

El gran debate que se espera son los niveles de sobrerrepresentación de cada fuerza electoral. Si bien es cierto que en 2018 los niveles de sobrerrepresentación llegaron a 16 por ciento a favor de Morena o su coalición, cuando la ley no permite más que 8 por ciento, en esta elección la autoridad quiere que el reparto sea de manera distinta.

Hoy día las autoridades intentan corregir los niveles de sobrerrepresentación a los que se llegó en 2018, pero no se ve como una tarea fácil. Probablemente vamos a enfrentar unos de los veranos post electorales más polémicos después de la elección presidencial de 2006. La idea en general es que cada candidato de mayoría que haya ganado un distrito represente a su partido.

El diseño supone que los diputados de representación proporcional defienden una ideología, una fuerza política, o un partido. En el momento que se pone en entredicho si ese candidato o distrito ganador pertenece a una u otra fuerza electoral, la polémica es inevitable. Eso es lo que nos espera en el debate post electoral del 2021.