Paremos la extorsión 

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Por Raúl Arias Lovillo

¿Alguna vez nos imaginamos que la extorsión de los grupos delincuenciales ocuparía un papel central en nuestras vidas? Por supuesto que no. Hoy, sin embargo, en casi todo el país la extorsión se ha convertido en la práctica más extendida y la más rentable para los delincuentes. Si bien es cierto que el gobierno actual no propició la aparición de la delincuencia y las extorsiones, es innegable que la errática política de “abrazos, no balazos” ha provocado la proliferación de la delincuencia y sus prácticas extorsionadoras. Recordemos que al principio de la etapa de violencia e inseguridad que vivimos en México, los cárteles de la droga luchaban principalmente por el mercado de estupefacientes y más adelante también por el del huachicol. Actualmente existe una enorme diversidad de extorsiones que practican los grupos delincuenciales en el territorio nacional y que durante los más de cinco años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador no han hecho más que crecer de manera permanente. El siguiente listado no es exhaustivo, sino meramente ilustrativo de la diversidad que hablamos.

En Taxco, Guerrero, empresarios, comerciantes, transportistas y maestros han padecido la extorsión y violencia extrema del grupo criminal La familia michoacana; esta organización se ha apoderado de la venta y los precios de productos de la canasta básica y circula la versión de que los transportistas han sido obligados para servirles de halcones o informantes. El grupo musical Banda Tierra Sagrada anuncia que no dará más conciertos en Puebla, Tlaxcala e Hidalgo debido a que la delincuencia organizada le exigen el pago de 30 conciertos como “derecho de piso”. El EZLN denuncia que el narco trafica con drogas, armas, combustible y migrantes en el estado de Chiapas sin que las autoridades puedan frenarlos, mientras en la zona arqueológica de Bonampak grupos indígenas expulsan al personal del INAH para cobrar ellos el acceso; una treta de los delincuentes para permitir el descenso de avionetas cargadas de drogas en la zona.

Algunos grupos criminales que operan en la región de Tierra Caliente en Michoacán incursionan en el negocio del servicio de señal de internet y los habitantes fueron amenazados de muerte de no contratar este internet. El grupo conocido como los Templarios ha sido denunciado por extorsión por la dueña de una bodega de pollo en Toluca. Habitantes del poblado de Texcaltitlán, Estado de México, cansados de pagar extorsiones a los grupos criminales se enfrentaron a los miembros de La Familia Michoacana con un saldo de 14 decesos, 10 presuntos criminales y cuatro civiles. Constructores, industriales, empresarios, hoteleros, transportistas y prestadores de servicio de Valle de Bravo han denunciado vivir amedrentados y bajo amenaza de muerte por negarse a pagar derechos de piso y extorsiones. Esta pequeña muestra de actos criminales da cuenta de la diversidad de extorsiones que realizan los grupos delincuenciales. Urge parar esto para devolver la paz, la libertad y la tranquilidad a muchas zonas del territorio nacional.

Pero la peor práctica extorsionadora que sufre la sociedad mexicana desde hace algunos años no proviene de los grupos delincuenciales, sino del propio gobierno de AMLO y su partido Morena con los programas sociales. Hay extorsión porque se ejerce una presión hacia los sectores sociales del país menos informados y con mayores necesidades, se amenaza con retirarles los beneficios de los programas sociales si no votan por las candidaturas de Morena y sus partidos aliados.

Esta práctica no solo es ilegal sino inmoral, al utilizar una enorme cantidad de recursos públicos para quebrar la voluntad de la gente para ejercer su libertad de elección política. Forma parte, en el terreno electoral, de lo que el investigador Alberto Olvera ha llamado la restauración priista del antiguo régimen autoritario de partido único, que vivimos en México por más de setenta años. Esta es la esencia de la Cuarta Transformación que pregona Morena, un regreso al pasado con las peores prácticas políticas de aquella oscura etapa de nuestra historia.

La extorsión electoral se puede parar con nuestros votos y se debe aclarar a la gente que los programas sociales no van a desaparecer. Todos podemos ejercer libremente nuestro voto y no estamos obligados a votar por Morena y sus aliados ya que solo prometen la continuidad del desastre en hoy vivimos. Entre otras cosas, con nuestros votos se pueden parar todas las extorsiones que se ejercen en México por los grupos criminales. Sería un gran avance para lograr la pacificación del país y lograr la tranquilidad de nuestra sociedad.