La danza y su poder transformador

Share

Por Sandra Luz Tello Velázquez

La danza es una de las artes más antiguas y recurrentes de la humanidad, es una expresión del ritmo, de la mística, del amor, de la tristeza y la alegría. Ha sido un medio para la veneración o para la sanación. En las culturas antiguas, la danza era una forma de conectar con lo divino, por ejemplo, los egipcios honraban a los dioses con rituales que incluían bailes, Otros pueblos danzaban para ofrendar, suplicar o agradecer.

La danza tiene el poder de transformar tanto la vida de los que se dedican a ella como de aquellos que la disfrutan como espectáculo, ayuda a conectar con el cuerpo, a desarrollar confianza y a superar limitaciones.

Por otra parte, la danza es un lenguaje que no requiere palabras habla a través del movimiento, de la música y del simbolismo. Permite explorar la emocionalidad, desarrollar la creatividad y la expresión individual que nace del sentimiento.

A lo largo del tiempo, en cada época y en cada grupo social, la danza ha reflejado las estructuras sociales y culturales. Las danzas marciales eran comunes entre los grupos guerreros, mientras que en las culturas agrícolas se relacionaba con la fertilidad y las cosechas. Bailar cohesiona a la comunidad, fortalece los lazos sociales y forma parte de las tradiciones.

Por otra parte, la danza moderna se enriquece con una variedad de estilos y movimientos, se une a otras expresiones artísticas que han florecido a lo largo de la historia, como el teatro o la música, es decir, que nos recuerda nuestro sentido de compartir.

Ya sea en el escenario, en un salón de baile o en la calle las imágenes, los temperamentos, las melodías, los tonos, el temple, los pasos y estilos se transforman en crisol y mosaico. Cuando hay danza se despliega ante nosotros un mural que nos eleva a un plano superior.

Por último, bailar no es solo una actividad física que divierte, también tiene un impacto positivo en el bienestar mental y emocional, es profesión e intuición en la que confluyen la coordinación, la flexibilidad, el ritmo, la pasión y la fuerza.