Quebradero

Share

De memoria. 2007

Por Javier Solórzano Zinser

En 2007 la Cámara de Diputados aprobó una reforma que, en algún sentido, le abría un mayor espacio a los grandes consorcios de la televisión, conocidos como el duopolio, para que se movieran a sus anchas y mantuvieran el control de la propaganda en procesos electorales.

La propuesta la vimos y transmitimos en el Canal del Congreso, la cual pasó por mayoría incluyendo votos de algunos perredistas. En el Senado surgieron voces críticas. En esta línea estaba la defensa de equilibrios entre partidos políticos, más allá de la prevalencia del PRI y el PAN.

Algunos senadores de estos partidos se opusieron, entre otros Javier Corral, Ricardo García Cervantes y Dulce María Sauri Riancho. Lo mismo sucedió con legisladores del PRD, algunos de ellos expriistas ya en su carácter de perredistas. Se sumó una muy interesante voluntad política buscando frenar esa ley, la cual terminó, como ahora, en la Corte.

El hecho provocó una gran reacción de dueños de las televisoras y de los medios en general. A los pocos días un grupo de senadores y diputados tuvo una sesión en un edificio alterno a la vieja casona del Senado, el encuentro era para discutir varios asuntos y para hablar de lo que estaba sucediendo en este tema, el cual se había convertido en gran asunto de la opinión pública y de académicos dedicados al estudio de la comunicación.

Los medios señalaron a los legisladores bajo todo tipo de críticas, a grado tal, que en algunos casos se hablaba de similitudes entre lo aprobado y lo que sucedía en regímenes totalitarios; los medios lanzaron todo su aparato propagandístico.

Aquella tarde tuvo tintes de lo inédito. Irrumpieron en la reunión una buena cantidad de afamados trabajadores de los medios para protestar por las decisiones que se habían tomado. Los legisladores les permitieron el uso de la palabra, el cual, en muchos casos, más que intentar el diálogo y el entendimiento terminó en insultos y provocaciones que llevaron a un diálogo rudo, el cual, por momentos, fue un monólogo.

Fueron señalamientos desbocados en contra de los legisladores en defensa de lo que en los medios se concebía como “libertad de expresión”. Las participaciones fueron bajo esta tónica con pocos intentos de diálogo o de discusiones de fondo sobre un problema real: el papel definitorio de los medios de comunicación en los procesos electorales.

La reunión adquirió tal importancia que fue transmitida en vivo por los principales canales de televisión del duopolio y por una gran cantidad de estaciones de radio. Fue una cadena nacional que sólo se veía en actos que encabezara el presidente en turno.

Al momento en que se retiraron quienes protestaban por las decisiones de los senadores, la transmisión se terminó. Era evidente que lo que se quería era más que escuchar a los legisladores y sus razones, transmitir la protesta de los dueños de las televisoras y estaciones de radio a través de sus conocidos trabajadores.

Todo esto tiene que ver con lo que estamos viviendo y con las críticas a nuestro sistema electoral en materia de precampañas, campañas y el papel de los medios de comunicación, y ahora de manera particularmente importante en las redes.

Lo sucedido en 2007 fue el preámbulo de lo que se estableció en las leyes. Se materializaron los equilibrios entre partidos, se estableció una nueva definición de los tiempos de campaña en los medios, la cual en muchos casos fue evadida, entre otros avances.

Quienes hoy fustigan y critican el régimen electoral son quienes encabezaron este significativo movimiento que adquirió en su momento una definición democrática; todo lo que le contamos es de memoria.

RESQUICIOS.

Doscientos cincuenta millones de euros es lo que va a pagar el Madrid por Mbappé, el extraordinario futbolista francés del PSG. Si se paga lo que se paga se debe a que todos ganan. Sin embargo, es una cantidad de dinero que en estos tiempos es grosera, por más que el futbol sea lo más importante de lo menos importante.