Sin prensa no hay libertad

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Por Sandra Luz Tello Velázquez

En el marco de la celebración del trigésimo aniversario del día mundial de la Libertad de Prensa, la ONU denunció que “la verdad está amenazada” y que se busca “difuminar las líneas entre lo real y la ficción, entre la ciencia y la conspiración”, si se piensa en este tiempo acerca del derecho a la libre expresión de las ideas el balance resulta poco alentador.

Es necesario reflexionar acerca de la reivindicación del ejercicio periodístico y la independencia de los medios de comunicación, ya que ello impulsará el mantenimiento de verdaderas democracias, el entendimiento entre personas y naciones, así como la construcción de una paz sostenible.

El apego a la verdad es uno de los principios fundamentales del periodismo, por ello tantos escritores que también fungieron como periodistas sufrieron vejaciones, arriesgaron su vida o perdieron la libertad por defender su derecho a la libre expresión.  Ese fue el caso de Émile Zola, quién escribió el polémico artículo  J’aaccuse (Yo Acuso) publicado a manera de epístola en el diario L’ Aurore, que le valió ser encarcelado, ya que en dicho escrito acusaba al ejército francés de un veredicto injusto contra al capitán Alfred Dreyfus, cuyo caso develó la existencia de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo en el gobierno y  la sociedad francesa.

El ejercicio profesional del periodismo exige a quienes lo ejercen, el rigor de la investigación y un actuar objetivo e independiente para mostrar la realidad de la información, sirve para tal propósito el ejemplo de Nellie Bly, escritora estadounidense y una de las periodistas pioneras del siglo XIX, que se infiltró  en un asilo psiquiátrico para mujeres en Blackwell’s Island para denunciar las condiciones inhumanas  en las que se encontraban las internas.

Por otra parte, el mes de mayo debería ser un recordatorio de que en muchos países las publicaciones son censuradas, multadas, suspendidas y los medios clausurados, de igual manera, los periodistas, editores y directores de prensa son acosados, detenidos, sufren ataques e incluso son asesinados.

Finalmente, como refería Gabriel García Márquez, el periodismo es el mejor oficio del mundo, pero queda un amplio camino por recorrer para encontrar soluciones que den respuesta a los retos más acuciantes en el ejercicio tradicional de esta profesión que debe adaptarse a una era digital, así mismo evaluar el estado de la libertad de prensa en todo el mundo y desarrollar estrategias e iniciativas concretas que promuevan la ética, el periodismo independiente, plural y comprometido con la verdad y el acceso libre a la información.