Yarazeth: duelo e impunidad

Share

Por Uriel Flores Aguayo

El asesinato de Yarazeth sacudió a Xalapa, generando una ola de repudio y consternación. Tanta que, contra su costumbre omisa, la Fiscalía Estatal se movilizó inmediatamente.

Este feminicidio es causado por la impunidad y facilitado por la cobardía ciudadana. Explico. El o los asesinos lo hacen por considerar que no les pasará nada; intuyen que las policías son poco profesionales.

Este espantoso crimen ocurre en un contexto de gobierno sin mayor responsabilidad, ocupado en festejos y campañas. No es gobierno de justicia. Sus abandonos propician actos crueles y expansión delincuencial. Sin pleno Estado de Derecho, con funcionarios frívolos y casi nula representación popular, se crea un ambiente favorable para los delitos.

No se trata como dijo una alcaldesa, en relación a la muerte de una jovencita, de tener un policía por persona. No entienden. No asumen la importancia vital de la aplicación de la ley; desconocen la relevancia de los derechos ciudadanos; su bajo perfil hace que constituyan gobiernos de inercias, administradores de lo cotidiano y pródigos en ocurrencias.

Ante la falta de instituciones funcionales la seguridad de las personas queda a las posibilidades de cada quien. Yarazeth se quedó sola. Ni siquiera sus vecinos hicieron algo para salvarla. La cobardía ciudadana es el mayor déficit democrático que tenemos; afortunadamente los compañeros de trabajo de Yarazeth se están movilizando exigiendo justicia. Una sociedad temerosa y clientelar es capaz de oír gritos de auxilio, como con Yarazeth, y no hacer nada.

Es obvio que la principal responsabilidad de garantizar la seguridad pública es del gobierno, con lo que no cumple, pero sin la participación ciudadana, comprometiéndose y exigiendo, es poco lo que se puede hacer. En esta sociedad machista y violenta las mujeres en general están en peligro. Para los criminales es fácil matar, apuestan a la impunidad.

En honor de las mujeres asesinadas, también las agredidas en general y las oprimidas, debemos luchar por justicia. Pero es más importante evitar que continúe la violencia contra ellas, crear condiciones de seguridad y respeto. Es cuestión de civilización y de desarrollo humano.

En lo que somos mejores personas, algún día, urgen gobiernos responsables y eficientes. Que el Ejecutivo cumpla con policías profesionales, la justicia con jueces rectos y la legislatura con auténticos representantes populares. Con el concurso de autoridades serias y ciudadanía comprometida se tiene que generar un ambiente sano y respetuoso para las mujeres. No normalizar la violencia, ser estrictos con su erradicación y fortalecer el tejido social.

Para que descanse en paz Yarazeth, debe tener justicia y ser un referente para detener los feminicidios. A la vez que exigimos a las autoridades, también debemos ser demandantes con la ciudadanía. Urge gente libre, personas con valor, que ejerzan sus derechos y auxilien a quienes sean víctimas de violencia. Pésame a Yarazeth.

Recadito: gobierne quien gobierne el pueblo se defiende.