Se va una de las últimas leyendas del cine en México: falleció Ignacio López Tarso

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Ignacio López Tarso, histrión con más de 70 años de carrera y una de las últimas leyendas del Cine Mexicano e internacional, falleció la tarde de este sábado.

Protagonista de Macario, uno de los filmes más reconocidos de la Época de Oro del cine mexicano, López Tarso fue internado por una oclusión intestinal y una neumonía.

Horas antes de su deceso, su hijo Juan Ignacio Aranda informó que su padre estaba en el área de terapia intermedia en un hospital de la Ciudad de México, con insuficiencia renal, cardiaca y pulmonar, por lo que ya no podía comer ni hablar.

Ignacio López López, su nombre real, nació el 15 de enero de 1925, hermano de Alfonso y Marta e hijo de Ignacia López Herrera y Alfonso López Bermúdez, quien era militar de carrera.

Debido al trabajo de su papá, López Tarso creció en diferentes partes de México, primero en la capital, luego Veracruz y Guadalajara, en donde el padre cambió de empleo a Administrador de Correos, lo que hizo que se mudaran nuevamente, en esta ocasión a Valle de Bravo.

Su amor por los textos del escritor y poeta mexicano Xavier Villaurrutia lo llevaron a Bellas Artes, sólo a pedirle un autógrafo; pero en esa interacción surgió la oportunidad de su vida, convertirse en oyente de una de las clases del maestro.

Para 1948, López Tarso ingresó formalmente a la Escuela de Teatro de Bellas Artes. Ese fue el principio de un gran camino, y el momento en que adoptó su apellido Tarso en honor al apóstol Pablo de Tarso.

En 1951 protagonizó montajes de teatro clásico; destacó en obras como La Tempestad, El Vestidor y Hello, Dolly, esta última en 1994, junto a Silvia Pinal.

Considerado por sus amigos, colegas y familia como una persona responsable, entregado, apasionado por su carrera, respetuoso de la misma y con ganas de seguir aprendiendo, Tarso incursionó en el cine con Chilam Balam (1955), Feliz año, amor mío (1957) y Sonatas (1959).

Sin embargo, fue Macario (1960) su proyecto más emblemático y el que le cambiaría la vida.  En la cinta dio vida a un indígena, sobrino de la muerte, con quien mantenía una relación muy peculiar.

Un año antes trabajó con el cineasta español Luis Buñuel para la cinta Nazarín y para 1963, conquistó al público con su actuación, sin emitir ninguna palabra, en el filme El Hombre de Papel, donde interpretó a un mudo.

Ese mismo año también interpretó a Francisco Gabilondo Soler en la película biográfica Cri Crí El Grillito Cantor.

En 1973, el actor ganó el Ariel de Plata por su actuación en Rosa Blanca (1961); en 2007 lo reconocieron con el Ariel de Oro.

Cintas como Pedro Páramo (1967), La Generala (1971) y Toña Machetes (1985) formaron parte de su trayectoria; mientras que en televisión estuvo en ¡Vivan los niños! (2002), El Pantera (2007), Corazón Indomable (2013), Médicos, Línea de Vida y en plataformas digitales con Aquí en la Tierra (2018).