Quebradero

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“Una opinión” que trasciende

Por Javier Solórzano Zinser

Los devaneos que en estos años se ha tenido en política exterior han expuesto al país. Se han medido con diferente vara procesos externos en los cuales como suele suceder con la diplomacia, lo sensato es esperar para tener una opinión con respeto a la autodeterminación de los pueblos.

Perú es la nueva controversia. Lo fue desde la elección cuando el Presidente López Obrador reconoció el triunfo de Pedro Castillo, siendo que existían dudas sobre el resultado. Fue una elección peleada que llevó a una controversia por las demandas de Keiko Fujimori.

El Presidente mexicano se adelantó enviando asesoría de dos altos integrantes de su gabinete. Pedro Castillo lo consideró como un acto de solidaridad sin reparar lo que estaba sucediendo políticamente en su país.

El ahora expresidente peruano ciertamente tuvo muy poca capacidad de maniobra. No puede pasarse por alto que lo fueron acorralando en el Congreso, pero también estaban de por medio una serie de irregularidades que fue cometiendo, las cuales lo llevaron a actuar a la desesperada desconociendo al Congreso llevando a cabo un autogolpe de Estado.

La reacción del gobierno mexicano partió más de una simpatía e identidad, que por un análisis preciso de lo que estaba sucediendo.

Las opiniones de López Obrador trascendieron particularmente en la clase política. Por conversaciones que hemos sostenido con diferentes actores políticos e intelectuales de Perú la molestia por ello trasciende más entre los sectores de la política que entre la población, la cual está en otros menesteres.

Sin embargo, un personaje del calibre y fuerza como es López Obrador debe saber que lo que diga trasciende y más por el peso que ha venido adquiriendo en la región. Decir que sólo es “una opinión” lo que ha venido mencionando sobre Perú trascienden las relaciones bilaterales y debe saber que su opinión pesa y señala; al final se interpreta como una intromisión.

Este capítulo se viene a unir a otros. El Presidente se metió en vericuetos evitables que dejan huella. En Panamá se mantiene una distancia con México por  la forma en que se llevó a cabo la designación de la embajadora mexicana.

Las autoridades del país del canal manifestaron su oposición a la forma en que se refirió López Obrador al país tratando de darles una clase de historia de su propia nación. Al final prevaleció la sensatez más que por acuerdos por la imperiosa necesidad de tener una representante diplomática mexicana en Panamá.

Igual ha sucedido con Nicaragua en donde queda claro que Daniel Ortega va imponiendo una dictadura. La forma en que se mide desde México el régimen es muy diferente a la forma en que se ve a otras naciones. El gobierno mexicano se hizo bolas el día de la nueva toma de posesión del radicalizado y autoritario Daniel Ortega.

No hay manera de pasar por alto las miles de vicisitudes que ha vivido Cuba. Sin embargo, la empatía histórica del Presidente ha pasado a segundo plano cualquier capacidad de análisis y crítica que permitirían que la oposición, sin dejar de ser solidario, buscar la manera de abrir espacios a la disidencia cubana, la cual cada vez va creciendo.

No se trata de no opinar. Se trata de entender los tiempos de cada país y reconocer en la diplomacia el respeto a los otros como queremos que nos respeten. No se trata de pasar por alto lo que padecen otras naciones, así como la nuestra.

De lo que se trata es de entender que cada país es autónomo y que lo que nos corresponde a nosotros es respetar sus dinámicas internas. La voz de un Presidente como López Obrador cada vez trasciende e influye en la región.

RESQUICIOS.

Brasil empezó a verse derrotado cuando al final de los tiempos extra abrió un boquete en su defensa y le empataron el juego. De nuevo no les alcanzó, porque hay algo que les sigue faltando, se les viene otra crisis a pesar de su interminable cantera que tienen en las favelas. Argentina hace drama hasta cuando gana; Messi siempre será la diferencia.