¿La otra boda maldita?

Share

Por Ruby Soriano

Ella luce radiante, feliz, entusiasmada y hasta encaprichada.

Experta en ser una «socialité» en las grandes ligas, Ninfa Salinas Sada, la hija de Ricardo Salinas Pliego brinca los obstáculos, ignora las advertencias y desafía los riesgos para ir por su tercer matrimonio.

En los corrillos de la alta sociedad mexicana, circula el rumor de la próxima boda que en la mayor secrecía, se cocina entre la hija del Presidente de Grupo Salinas y el hombre fuerte en el Gobierno de Claudia Sheinbaum, Omar García Harfush.

El supuesto acto social ha despertado todo tipo de comentarios, sobre todo cuando se mira desde la cruda óptica de la política y la seguridad nacional.

La negra estirpe

El secretario de seguridad ciudadana en el Gobierno de la Ciudad de México es un hombre joven y carismático. Sin embargo, como el buen Pípila de los tiempos independentistas, carga una sólida loza sobre su espalda, cuyo peso lo tambalea poniendo en riesgo su arribo a las grandes esferas de la sociedad mexicana.

El joven policía proviene de una vieja y rancia estirpe policiaca iniciada desde los tiempos broncos de la revuelta estudiantil del 68.

En aquellos tiempos, su abuelo, Marcelino García Barragán fue la mano de hierro del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz desde la Secretaría de la Defensa Nacional.

Años antes, había sido gobernador de Jalisco.

El padre de García Harfush fue Javier García Paniagua, quien siguiendo la línea priista de su padre, fue titular de la oscura Dirección Federal de Seguridad, desde donde se hacía el trabajo sucio de inteligencia política. También fue Presidente Nacional del PRI.

La «estirpe policiaca» de «Los García» alcanzó al hijo mayor de García Paniagua también llamado Javier, quien protagonizó pasajes de violencia y vínculos con presuntas ligas con la delincuencia organizada, hasta morir ejecutado en Guadalajara, Jalisco.

De policía a Príncipe

La periodista Anabel Hernández ha documentado el rápido crecimiento de Omar García Harfuch en las lides policiacas.

Sus presuntos vínculos con el grupo de Genaro García Luna, hoy procesado en Estados Unidos, no han sido obstáculo, para que la presidenciable Claudia Sheinbaum lo arrope como uno de sus hombres de su primer círculo no sólo de poder, sino también de afectos.

Son varias las voces que han llegado no sólo a la jefa de gobierno, sino también al Presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre el oscuro pasado del heredero de «Los García», sin embargo el mandatario ha guardado un ominoso silencio.

De García Harfurch se cuentan varios pasajes de su cercanía con el cártel de Los Beltrán Leyva y su participación en el caso Ayotzinapa.

Sobreviviente de un atentado en 2020, el propio Omar fue el primero en develar como responsables a los integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Su desempeño en el Gobierno de la Ciudad de México ha sido más de lucimiento que de resultados.

El narcomenudeo y la fragmentación de células delictivas han propiciado un duro incremento de la violencia y la inseguridad en la capital del país.

Limpiar la imagen

La próxima boda con la hija de Salinas Pliego desata la perspicacia para cuestionar si a pesar de la «discreción» harán una ceremonia con la crema y nata de la vida política y empresarial del país.

¿Estaremos acaso en la víspera de enterarnos de otro derroche de ostentosidad como el enlace de Santiago Nieto?

El padre de la novia ha hecho mutis en torno a una relación por demás polémica donde su hija se convertiría para el crimen organizado, en un blanco de alto riesgo como lo es su prometido.

El noviazgo está en el máximo reflector, sobre todo cuando se intuye que Omar García Harfush y su crecimiento en la vida política del país, están asegurados si su jefa, Claudia Sheinbaum llegara a convertirse en la primera Presidenta de México.

Ante lo cual, no es difícil adivinar que a Omar le urge empezar a limpiar su imagen ingresando por la gran puerta de los negocios y contubernios con la socialité mexicana.

 

@rubysoriano      @alquimiapoder

 

www.alquimistasdelpoder.com