Quebradero

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Las muchas varas para medir

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Son muchas las razones por las cuales la elección para gobernador de Nuevo León es objeto del deseo. Es un estado poderoso, económicamente fuerte e influyente en la vida del país.

Para el Presidente la elección es de primera importancia. Una indiscreción de una legisladora confirmó la especie, a lo que sumó otro objeto de deseo, Jalisco.

Morena apostó por una candidata externa expriista con buena imagen. Sin embargo, se desplomó cuando cayó en una serie de contradicciones. A esto se sumaron sus confusos argumentos, mintió y cuando quiso recular estaba fuera de la jugada.

El revés para Morena le trajo consecuencias. Pensaron que con una mujer con buena imagen y muy del estado iban a ganar las elecciones. Fue alta la apuesta, porque el interés del Presidente en NL es de primera importancia; hasta se sacó una foto con Clara Luz para que se supiera que la apoyaba.

Una duda que ronda es si las y los ciudadanos regios votarían por la “izquierda”, aunque cueste trabajo ubicar a Morena como “izquierda”, con los antecedentes históricos y políticos de NL. Sumemos que en las mediciones sobre la popularidad del Presidente no le va precisamente bien en el estado.

Con esos antecedentes va quedando claro el porqué de la vehemencia del tabasqueño. El Presidente quizá ve en NL, en particular Monterrey, un reto en función de una mala y confrontativa relación de muchos años con los empresarios del estado.

Ante la caída de Clara Luz se andan buscando salidas colaterales y para ello la Fiscalía parece ser parte de la estrategia. La acción del tribunal de nuevo deja dudas sobre su autonomía. Queda la impresión de que al hablar sobre su autonomía sirve más para justificar los intereses y decisiones del mandatario que para investigar e impartir justicia.

López Obrador se está metiendo con todo en las elecciones como lo había anunciado, ayer lo ratificó cuando le preguntaron sobre ello, sin pudor alguno dijo que “claro que sí y seguiré metiendo las manos”.

Tiene derecho a denunciar lo que pasa, pero también debe saber que hay reglas y que él mismo en diversos momentos de su administración ha medido con diferentes varas las cosas.

Tampoco olvidemos que en más de una ocasión fue severamente crítico contra sus antecesores precisamente por lo que consideraba una intromisión en el proceso electoral; anda de nuevo en pasajes que en otro tiempo criticó y fustigó; las cosas cambiaron en buena medida por él.

Sorprende la rapidez con la que ha reaccionado la Fiscalía. Esta misma rapidez sería bueno que la tuviera en asuntos que pasan por la esfera del tabasqueño, como el de su hermano, por ejemplo.

Las elecciones en muchos casos se están convirtiendo de nuevo en el ring en el cual la civilidad pasa a segundo plano, en tanto que las irregularidades están a la orden del día. La propia candidata desfondada de Morena en NL recorre el estado utilizando la imagen y la obra de López Obrador para promoverse. En medio de las diferentes varas con que se están midiendo las cosas no hay referencia ni alusión alguna, más bien la dejan por la libre.

 

En medio de conflictivos procesos de investigación de candidatos, la elección se ha enrarecido. Por ahora hay pocos indicios para saber cuál será la reacción de los votantes. No descarte que surja la idea de que “decida el pueblo”, como en innumerables ocasiones se apeló en el caso de Félix Salgado Macedonio pasando a segundo plano las acusaciones en su contra sobre presuntos abusos sexuales contra mujeres.

 

El Presidente ya se metió oficialmente. Ahora veremos con qué vara mide a los suyos que lo colocan como su estandarte, promotor e imagen.

RESQUICIOS

 

Jalisco está viviendo una severa crisis de seguridad por la violencia desatada por el CJNG. Hay indicios de que la población civil está siendo centro de la estrategia del cártel, no es sólo un problema de Jalisco, es un asunto de seguridad nacional y federal que rebasa aquello de “abrazos no balazos”.