RECTORADO FRACASADO
Martín Aguilar Sánchez inició su rectorado al frente de la UV pidiendo una disculpa pública por un tema de derechos humanos. Y al paso que va, es muy probable que lo termine igual, este verano.
Martín Aguilar Sánchez inició su rectorado al frente de la UV pidiendo una disculpa pública por un tema de derechos humanos. Y al paso que va, es muy probable que lo termine igual, este verano.
Ante los escándalos de corrupción en la SEV, la secretaria Claudia Tello optó por la opacidad. “No estamos dando entrevistas”, respondió a los reporteros que le cuestionaron el desgarriate y se siguió de frente. Que alguien le diga que es servidora pública.
Curioso, que la CEAPP de Nahle exija “un comportamiento ético y profesional en su vida pública y privada” a los periodistas en Veracruz, cuando varios de sus integrantes están «enchufados» con el gobierno. Lo que hay que ver.
Refrendamos para 2025 nuestro compromiso con la libertad de expresión, con la crítica fundamentada al poder y con el derecho a la información de toda la ciudadanía. ¡Felicidades!
Muy tarde se “armó de valor” el rector de la UV, Martín Aguilar, para reclamar el derecho legal y legítimo de la casa de estudios al 4% del presupuesto. De nada le valió “doblarse” ante el régimen. Y ahora, ni para la reelección le va a dar.
Al fin, se largó Cuitláhuac García.
En esta semana, Facebook ha eliminado dos de nuestras notas que, coincidentemente, exhiben actos de corrupción y de autoritarismo del régimen, a nivel nacional y en Veracruz. Para La Clave, se trata de un acto de censura descarada de esta plataforma que no es la primera vez que se asocia a las peores causas.
Vaya perfiles está incluyendo la gobernadora electa Rocío Nahle en lo que será su gabinete: desde el principal operador de la construcción de la refinería que no refina -pero costó tres veces más de lo estimado- a un eximio representante de la filosofía del 99.9 por ciento de lealtad y 0.1 por ciento de capacidad.
Al fin terminó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Lo que no acaba es el enorme daño que le hizo al país. La destrucción de los contrapesos institucionales y la división de poderes, la militarización, la violencia y la fractura de la sociedad mexicana tendrán consecuencias durante largo tiempo.
No hay que buscarle. La responsabilidad del incidente de la botella que estuvo a punto de darle en la cara a López Obrador es de Cuitláhuac García. No resguardaron un perímetro mínimo de seguridad y sus hordas incitaron a la violencia. De la crispación, la culpa sí es de quien deja al país en llamas.