Discurso de odio contra periodistas no abona, detona
Por Mónica Camarena Crespo
Todos los días el presidente Andrés Manuel López Obrador desacredita el trabajo periodístico en México, ha sido la constante y al parecer no va a parar. No se puede señalar que esa sea la causa por la que siguen asesinando a comunicadores en México, pero en algo debe abonar.
Lo cierto, es que por ejemplo en Veracruz, estado líder desde hace varios años en asesinatos de periodistas, nada ha cambiado.
Con la ejecución de Jacinto Romero en Ixtaczoquitlán en la zona centro del estado de Veracruz, suman ya 4 periodistas asesinados durante el gobierno del morenista Cuitláhuac García Jiménez.
En otros gobiernos fue una pesadilla, como el de Javier Duarte de triste memoria, el recuento es dramático y de todos conocido.
Pero la constante es la misma; el asesinato, la declaración de las autoridad de perseguir y dar con los culpables y al final no pasa nada.
De hecho, la primera declaración de un gobernante cuando matan a un periodista, podría estar inscrita en un índice de lo que se debe decir y no, para ser políticamente correcto.
Lo realmente preocupante es el discurso de odio del presidente de México, quién ha declarado una abierta guerra contra periodistas y medios de comunicación.
En las “mañaneras” no se toca ni con el “pétalo de una rosa” a los “malos”, porque los verdaderamente culpables de todos los males del país son los periodistas.
Con ese discurso diario ningún buen augurio hay para evitar que sigan matando a periodistas de la manera más impune y violenta. En México durante los 32 primeros meses de la 4T han sido asesinados en el país 22 periodistas, de acuerdo a la organización Artículo 19. La agresión más reciente, el asesinato del veracruzano Jacinto Romero y pocos días antes, la amenaza de muerte que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hizo a la periodista Azucena Uresti, y los amagos de ataques que el citado grupo hizo a tres medios de comunicación.
@monicamarena