Quebradero

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Una validez de panzazo

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Así como les dio por la prisa por aprobar la reforma al Poder Judicial con todo y elecciones, también les dio por ella al darle la validez al proceso del 1 de junio.

Optaron por cerrar la elección sin detenerse en la revisión de los muchos asuntos que merecían que el INE los debatiera a profundidad y no que se quedaran en discusiones menores, cuando los problemas eran mayores. Tenían que tomar decisiones de largo aliento, pero optaron por otorgar la validez al proceso.

En cierto sentido, no podía ser de otra manera, porque el INE fue lidiando como pudo con todas las irregularidades que se fueron presentando en el proceso electoral, las cuales de alguna manera terminó por avalar.

En muy pocas ocasiones, el Instituto le dijo no a la abrumadora mayoría del Legislativo. Cuando así fue se debió a que no tenía opción, como fue el caso de la petición que le hizo el Senado para que revisara las candidaturas de los aspirantes al Poder Judicial, siendo que esta tarea les competía a los Comités de Selección del Ejecutivo, Legislativo y de lo poco que pudo hacer el Judicial.

El INE terminó siendo una instancia que hizo lo que pudo, y que también en muchas ocasiones acabó por colocarse a modo de lo que quería la mayoría y el Gobierno. Su función era la de organizar la elección, la cual desarrolló positivamente en medio de un sinfín de limitaciones.

Por lo menos, por ahora, no hay elementos desde el poder para señalar al INE, el cual se la pasó en la mira del expresidente. Con la reforma electoral se estaría cerrando las reformas propuestas por López Obrador el 5 de febrero de 2024. Con ésta estaría cerrándose un ciclo estratégico para los objetivos de la autollamada 4T, y por lo que han dicho el proyecto estaría ante la inminencia de la creación de lo que llaman el segundo piso de la 4T.

Fueron muchas las irregularidades en la elección del Poder Judicial. Los “acordeones” terminaron por ser un elemento menor para el INE siendo que eran un mecanismo que llevaba a una flagrante manipulación del voto.

El consejero Jaime Rivera lo planteó con claridad: “Se empañó una competencia entre candidatos. Fue una jornada electoral manchada. La operación masiva y extendida en todo el país de los llamados acordeones respondió a acciones orquestadas por agentes poderosos cuya intervención está prohibida por la ley expresamente. Sus efectos están a la vista”.

Con variantes, pero bajo la misma línea, la consejera Dania Ravel coincidió en que en esta elección “vimos renacer conductas que en mi juventud veía… En esta ocasión he visto conductas que espero no se repitan y respecto a las cuales me siento conminada a poner mi granito de arena para que no ocurra en estas elecciones lo que advertimos… se registró en casillas seccionales una participación ciudadana igual o mayor al 100% de boletas sin marcas de dobleces, votos registrados con caligrafía que a simple vista se ve idéntica en las votaciones en múltiples boletas”.

Por lo que se ve no le quisieron poner a la elección ningún pero. Más bien, apuraron la revisión para tratar de darle vuelta a la página lo más pronto posible a un proceso que de suyo venía viciado. La votación de seis contra cinco entre los consejeros muestra la clara división sobre su visión de la elección. Se suma a esto el inesperado voto de una de las consejeras que había sido un factor importante a lo largo del proceso por su mirada crítica respecto a la forma en que el instituto ha sido presionado.

Todo ha sido controvertido. Trataron, incluso, de cuestionar la presidencia de la Corte a pesar de la claridad de los criterios para definirla.

En medio de las prisas, como ha sido todo el proceso, el INE validó la elección; fue de panzazo.

RESQUICIOS.

Con Trump puede pasar cualquier cosa. Lo sabe Claudia Sheinbaum y, por ello, deberá tener cuidado y paciencia. Lo que no se puede guardar deberán ser la búsqueda de soluciones al tema migratorio, que ya son al interior de EU un factor de focos rojos.