Por Beatriz Paredes Rangel
Cuando recapacito en los millones de años que tuvo que evolucionar nuestra especie, desde el primer platelminto que surgió, tembloroso, del encuentro del H2O con alguna materia ignota, y se generó esa primera forma de vida, hasta llegar al Hommus Erectus que descubrió, asombrado, la transformación del fondo de su garganta, de masa muscular u órganos inconexos, en las cuerdas vocales que, miles de años después fueron el maravilloso arpegio que produjo la voz humana, y, cuando pienso en el instante luminoso en el que el parietal izquierdo realizó los proceso neuronales que permitieron a ese hombre recóndito, a esa mujer primitiva, emitir la primera palabra, y, milenios posteriores, concebir y expresar un complicadísimo sistema de símbolos, articular el lenguaje y comunicarse; en ese momento, cuando comprendo todo esto, cuando sé que detrás de emitir una frase completa detento en mí la historia de la evolución de la humanidad, quisiera arrodillarme y dar gracias al mundo, al destino, a la providencia, a los Dioses, por formar parte de esta arquitectura infinita que es el género humano.
Producto perfecto del género humano, y, al mismo tiempo, simiente de sus civilizaciones, las palabras transmiten ideas, proyectan valores, revelan emociones. Enlazan al hombre con sus semejantes, lo liberan de su aislamiento, lo vuelven sujeto social.
Creo que las palabras, imprescindibles en sí mismas, para la existencia de cada persona, para la vigencia de las relaciones sociales, para el funcionamiento de la civilización humana, se vuelven mucho más valiosas, esenciales, al vincularlas a ciertas actividades de las sociedades: la política; la poesía; la literatura; el periodismo.
Constituye para mí un honor recibir este reconocimiento de “La Asociación Periodística Síntesis”, empresa de medios de comunicación; lo aprecio y valoro, en este momento, aún más, por la trascendencia que tiene, que todos los amantes de la democracia en nuestro país, respaldemos la profesión periodística y nos unamos en defensa de la libertad de expresión.
En la última década (2015-2024), las cifras oficiales de agresiones letales contra periodistas en México revelan una realidad sombría:
Artículo 19 reporta que, desde el año 2000 hasta la fecha, han sido asesinados 172 periodistas, lo cual ya incluye parte de la última década.
- El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) calcula que, desde 2000, se han registrado al menos 141 asesinatos, mientras que Artículo 19 habla de 168 hastafinales de
- En 2022 México vivió el año más violento desde que se tiene registro: 13 periodistas asesinados, de acuerdo con ambos
Desde luego, las cifras son angustiantes.
Pero un solo periodista muerto nos debe poner a todos de luto, y recordar aquella expresión de Francisco Zarco, en su discurso en el Congreso de la Unión, enjulio de 1856, cuando se debatía la Libertad de Imprenta: “Quitadme toda clase de libertad, pero dejadme la de hablar y escribir conforme a mi conciencia”.
Es nuestra convicción la importancia de la Libertad de Expresión, como un componente básico de la democracia, de la cultura democrática, de la construcción de ciudadanía, de la calidad de las instituciones democráticas; y es gravísima la impunidad, que cuestiona frontalmente la vigencia de nuestro Estado de Derecho.
No por otra cosa, el sistema de Naciones Unidas considera el derecho a la Libertad de Expresión y Opinión dentro de los diez criterios que se deben cumplir paraque se considere existente una democracia.
Sirva esta ceremonia, organizada por un medio de comunicación social, en Tlaxcala, tierra de tradición democrática, con Autoridades de esa estirpe, en la sede de un Congreso plural donde el debate es libre, para reconocer y honrar a las mujeres y varones periodistas que distinguen su profesión, que se esmeran cotidianamente para mantener informada a la comunidad, de una realidad que, muchas veces dolorosa, no siempre condesciende con noticias atractivas o agradables. El oficio periodístico profesional es una lente de un poderoso telescopio, que devela las grietas que a veces pretenden recubrirse con el maquillaje de los intereses creados o de la jerarquía, pero que la contundencia de los hechos y la calidad informativa revelan. Y qué bueno, por el bien social y de la democracia. Que así sea.
Honor al periodismo mexicano y al periodismo de todas las latitudes en esta hora oscura del mundo.
Plena vigencia a la Libertad de Expresión.
Se me viene a la memoria, en este tiempo, un verso del poeta Gabriel Celaya de su texto La poesía es un arma cargada de futuro:
“Porque vivimos a golpes, porque apenas y nos dejan decir que somo quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
Estamos tocando el fondo.”