Por Carlos Tercero
Entre otros temas en los que México destaca, se cuenta al ingeniero Slim en las primeras posiciones de los hombres más ricos del mundo; hoy tenemos también, en la figura de la doctora Sheinbaum, a la cuarta mujer más poderosa a nivel internacional, solo como una muestra de que podemos destacar por temas positivos globalmente y revertir la imagen y realidad de subdesarrollo, inseguridad y violencia que afecta la confianza y credibilidad en el país, más allá de nuestras fronteras, inhibiendo y ahuyentando inversiones.
Lo anterior, obliga a cuestionarnos sobre qué nos falta para romper la barrera del subdesarrollo. México es un país rico en cultura, historia y recursos naturales; cuenta con una sociedad diversa y dinámica; el pueblo mexicano es conocido por su resiliencia y capacidad para enfrentar adversidades, así como una creatividad y emprendimiento característico que abarca desde la tecnología hasta las artes y, a pesar de ello, el nivel de desarrollo de México experimenta avances poco significativos en las últimas décadas. Según el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, México, a pesar de un alto desarrollo humano, enfrenta desafíos importantes en términos de desigualdad y pobreza. En 2021, México ocupó el puesto 74 de 189 países, reflejando un progreso notable, pero dejando claro que aún queda mucho por hacer.
En términos económicos, México es la segunda economía más grande de América Latina y una de las más grandes del mundo; ha diversificado su economía, pasando de depender principalmente del petróleo, a tener una base industrial y de servicios más amplia; la industria manufacturera, especialmente la automotriz, ha sido motor de crecimiento que permite ser uno de los mayores productores de automóviles del mundo y un importante exportador de productos manufacturados; sin embargo, la desigualdad sigue siendo un problema persistente. A pesar de los avances económicos, una gran parte de la población vive en condiciones de marginación. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2022, el 36.3% de la población mexicana vivía aún en situación de pobreza y desigualdad, manifiesta en diversas áreas, incluyendo el acceso a la educación, la salud y los servicios básicos. La brecha entre ricos y quienes menos tienen es amplia, siendo desafío persistente para el desarrollo sostenible del país.
En el ámbito educativo, se han hecho esfuerzos importantes para mejorar el acceso y la calidad de la educación; la tasa de alfabetización ha aumentado y el acceso a la educación primaria y secundaria es casi universal. Sin embargo, la calidad de la educación sigue siendo un problema; los resultados de las pruebas internacionales, siguen mostrando que los estudiantes mexicanos tienen un rendimiento inferior al promedio de los países de la OCDE; es decir, a pesar de que se han logrado avances en términos de acceso, aún queda mucho por hacer en términos de calidad educativa.
La inseguridad y la violencia son de los grandes desafíos que enfrentamos como país, afectado por altos niveles de criminalidad, incluyendo el narcotráfico y la violencia relacionada con el crimen organizado, en detrimento no solo la calidad de vida y armonía comunitaria, sino que impacta negativamente la economía y la percepción internacional del país. El gobierno ha implementado diversas estrategias para combatir la inseguridad, pero los resultados parecen rebasados, complicados por este fenómeno que no es exclusivo de México.
A pesar de estos desafíos, la riqueza en recursos naturales, incluyendo petróleo, minerales y una biodiversidad excepcional, así como una cultura vibrante e historia emblemática, atraen a millones de extranjeros cada año, potenciando la industria turística como fuente sobresaliente de ingresos y empleo con potencial de crecimiento aún mayor.
El conocimiento y análisis objetivo de desafíos y fortalezas puede impulsar el desarrollo, fundamental para el gobierno y sociedad, para abordar así el reto de construir un futuro próspero y equitativo para todas y todos los mexicanos; solo así podremos verdaderamente cambiar la realidad y percepción internacional de México y atraer las inversiones y oportunidades que el país requiere.
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