Quebradero

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En el rumbo final

Por Javier Solórzano Zinser

El Presidente pone por delante la “causa” para justificar cierto tipo de actos sin importar lo que hay detrás de ellos.

Uno de los ejemplos tiene que ver con el dinero que recibieron sus hermanos. Era dinero que no se sabía de dónde venía y que estaba testimoniado a través de varios videos. Lo que pasó al final fue que resultó demandado quien dio a conocer el material siendo que los responsables de la irregularidad eran fundamentalmente los hermanos del Presidente y quien había entregado los sobres.

Todo era importante, pero sin la menor duda lo más relevante es quien estaba detrás de la entrega del dinero. A lo largo de todos estos años el asunto ha venido entrando en los terrenos del relativo olvido sin que se sepa quién estaba detrás de lo que vimos.

En más de alguna ocasión el Presidente hizo referencia al tema en tonos en donde de alguna manera justificaba los hechos partiendo de que sus hermanos habían actuado seguramente en función de un bien mayor. El tema todavía trae secuelas que poco o nada tienen que ver con lo sucedido, sino más bien con la reacción de uno de los hermanos que demandó al periodista que dio a conocer los hechos.

Situaciones de esta naturaleza han sido una constante en la vida política de López Obrador. Ante cualquier denuncia invariablemente parte de que detrás de ello están sus adversarios o que no tenía conocimiento sobre lo que se estaba haciendo.

Presumimos que tarde que temprano muchas cosas las conoceremos y nos permitirán saber exactamente qué hubo detrás de los muchos asuntos controvertidos que para justificarlos aparecían en la “causa” como explicación.

Con matices, pudiéramos ir conociendo al paso del tiempo el  porqué no se tomaron medidas en algunos asuntos en que ha quedado en evidencia un manejo discrecional de los presupuestos.

No queda claro el  porqué se presentaron subejercicios en áreas como educación y salud. Tampoco queda claro de dónde salió el dinero para ir completando las obras del sexenio como es el Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA, las cuales se han venido convirtiendo en un barril sin fondo.

Uno de los factores a atender es de dónde ha salido el dinero, a quién se le quitó y bajo qué criterio se hizo tomando en cuenta que pudiera ser que en el presupuesto estuviera etiquetado.

En el caso de la refinería Dos Bocas el Presidente ha anunciado que el sábado estará al 100%. Es muy probable que se dé una explicación matizada de lo que originalmente se dijo esta semana. El problema está en que no hay manera alguna de que esté ni al 1% la refinería, lo cual significa en el diagnóstico-país más gastos, porque se parte de que ya se puede contar con gasolina cuando esto no va a suceder.

Va a pasar mucho tiempo para que podamos conocer cómo se planificó el país estos años, de dónde salió el dinero y cómo se distribuyó para todo ello. La insistencia de que en septiembre tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca es profundamente remota y de nuevo el tema del dinero estará presente.

Seguramente se lanzará una narrativa distinta y matizada como en Dos Bocas, sin importar los resultados. No veremos auditorías en el mediano plazo porque no se vislumbra en lo más mínimo una voluntad de ello en el futuro gobierno.

A pesar de que la futura Presidenta va tomando caminos propios en la designación de su gabinete, particularmente los elegidos ayer, colocan un continuismo más que una continuidad.

Una buena cantidad de asuntos está pendiente. La deuda es creciente, el crecimiento país es exiguo y hay muchas deudas por pagar.

El Presidente ha ido cerrando puertas para que nadie se asome.

RESQUICIOS.

El espectáculo del deporte ha sido formidable. La delegación mexicana camina a pasos lentos. Un poco por los imponderables, otro poco por el alto nivel de otros países y otro más porque entre la Conade y el COM hay un divorcio lamentable y penoso que si a alguien afecta es a los deportistas en sus esperanzas y sueños.