Por Sandra Luz Tello Velázquez
Jon Fosse, autor de novelas, cuentos, poesía, libros infantiles, ensayos y obras de teatro, fue galardonado con el Premio Nobel de literatura 2023. El escritor noruego lo obtuvo debido a “sus innovadoras obras de teatro y su prosa que dan voz a lo indecible”, así lo anunció el comité.
Como cada año, la entrega de este reconocimiento causa polémica, genera debates, disertaciones y cuestionamientos diversos sobre a quién debería entregársele y si realmente existen parámetros válidos, universales o generales para determinar a qué autor y su obra se le puede considerar como una joya imprescindible para representar al arte literario.
Lo cierto es que durante 122 años la Academia Sueca no consideró otorgar el premio Nobel a decenas de escritores que son referentes para la literatura universal contemporánea como Franz Kafka, León Tolstoi, James Joyce, Jorge Luís Borges, Julio Cortázar, Virginia Wolf o Carlos Fuentes.
Un cuestionamiento que surge en estas circunstancias es que, sí de verdad la Academia Sueca premia a lo mejor de la literatura, cuando se excluyen a los escritores que no cumplen con el idealismo del fundador Alfred Nobel, que optó por respaldar a los creadores opuestos a lo moderno, excluyendo a los identificados como anarquistas, sensualistas o relacionados con el materialismo filosófico. Quizá por alguna de estas razones, León Tolstói, anarquista cristiano y enemigo del zar, no ganó el primer Nobel.
Por otra parte, las decisiones para la premiación se han vinculado con la política (aunque la Academia Sueca ha negado la influencia de ésta en los procesos de elección) algunas críticas severas surgieron por el controvertido galardón otorgado a Winston Churchill en 1953, quién se desempeñaba como primer ministro en activo. Otros casos que generaron polémica fueron los relacionados con Jean Paul Sartre, quién rechazó el premio y el de Boris Pasternak, obligado por el gobierno ruso a no recibir el Nobel.
En cuanto al reconocimiento de escritoras solo se han entregado 17 galardones y si hablamos de ubicación geográfica, se otorgaron más premios a escritores occidentales que orientales, así mismo han surgido casos debatibles como la entrega del Nobel de Literatura a Bob Dylan en 2016.
También es cierto que hay algunos que defienden a la Academia de las críticas históricamente reconocidas, como las que se refieren a la omisión de Proust y Kafka.
Entre los que siguen a la Academia y se mantienen en vilo hasta informarse de quién obtuvo el galardón están los que buscan aprobación de una autoridad para justificar su preferencia por algún escritor.
Finalmente, más allá del galardón otorgado por la Academia Sueca del Nobel se encuentra el lector que sería el idóneo sí dialogará con la obra, no asintiera a todo de una manera pasiva, aquel que no es un mero consumidor; y menos espera clase de refuerzos llamados premios.
