Por Jesús J. Castañeda Nevárez
Hace unos meses todo el escenario político estaba acaparado por Morena y sus “corcholatas”; el presidente se movía a medio gas como un actor más en su propia campaña, dirigiendo los discursos, los ataques y hasta eligiendo los personajes objetivo. Todo bajo completo control; y si algo se salía de control, rápidamente quedaba sepultado bajo los “otros datos”.
La contienda por la presidencia entre las “corcholatas”, simplemente era una simulación, pues todos sabían perfectamente que la favorita del presidente sería la ganadora, pero la instrucción de hacer campaña era para que así se eludiera la intervención del árbitro electoral.
Todos los medios preguntaban: “¿dónde está la oposición?”, mientras que la oposición callaba porque no tenían ni una resortera con qué defenderse.
De pronto, casi de la nada y en forma totalmente inesperada para todos, incluyendo al presidente, apareció una mujer en bicicleta y todo cambió. Las mañaneras tuvieron un nuevo guion y el escenario político cambió completamente; las “corcholatas” dejaron de ser los únicos generadores de la nota periodística; todos los medios nacionales e internacionales incorporaron a la Senadora Xóchitl Gálvez como una seria aspirante y contendiente con altas posibilidades de vencer a Morena y a quien le pusieran enfrente, pues en un mes ya estaba muy cerca de la consentida presidencial en las encuestas serias.
Todo el país despertó de su letargo, así como los Partidos Políticos. Ahora sí había oposición, porque ahora sí había una candidatura ganadora para enfrentar a la 4t.
La creación del Frente Amplio por México pareció una forma “legal” de empatarle la jugada a las “corcholatas” y el registro de varios aspirantes pareció también lógico. Pero con la llegada de Xóchitl Gálvez al escenario, también significó un tanque de oxígeno para los partidos políticos opositores que ya boqueaban tratando de respirar y alguno ya casi expiraba. Ahora ya respiran y hasta suspiran pensando que pueden regresar al poder. Pareciera que se les olvidó que los electores ya les dieron la espalda en castigo a los abusos y excesos que cometieron en los tiempos en que debían dar buenos resultados para los ciudadanos.
Ahora realmente compiten entre sí por la candidatura para la elección del 24; ya se les olvidó que antes de Xóchitl estaban callados y ahora casi se sienten nuevamente en la plenitud del p. poder.
Para los ciudadanos sin partido, preocupa que el FAM se extravíe y que le echen montón a quien revivió la esperanza de que México recupere el rumbo democrático y la estabilidad social que nos quitaron.
Y también preocupa que sea el mismo contrario quien se sume a la cargada para derrotar en las preliminares a la enemiga que hoy les arrebató el sueño y que, si figura en la boleta les arrebatará el poder.
Nota al calce:
Sin quitar el mérito, talento, experiencia y capacidad probada de los contendientes del FAM, tal vez sirva la historia para demostrar que el currículum no gana elecciones, pero sí es necesario para gobernar y entregar buenos resultados.