Tras siete meses en prisión, estigmatizado como secuestrador y robado su equipo de trabajo por las propias “autoridades”, el productor audiovisual costarricense César Julián Herrera Víquez fue liberado tras obtener un amparo.
Herrera Víquez fue detenido por policías ministeriales en agosto pasado, durante un operativo en el edificio donde tenía la oficina de su empresa dedicada a la producción audiovisual. Los policías se lo llevaron junto con dos presuntos secuestradores y lo mantuvieron ilegalmente incomunicado durante 48 horas.
Dos días después, fue presentado como parte de una “banda” de delincuentes y enviado a un penal en el norte del estado, acusado de posesión de armas, robo de auto y ultrajes a la autoridad.
El día que fueron presentados, desde la Fiscalía General del Estado se filtró una foto de todos los detenidos sin cubrirles el rostro, violando además su presunción de inocencia.
Un juez federal le concedió un amparo a Herrera Víquez al considerar que hubo una grave violación a sus derechos humanos, además de que en la carpeta de investigación no existían pruebas sobre los supuestos delitos que le imputaron, por lo que se ordenó su liberación inmediata, la cual se concretó por la noche del jueves 10 de marzo.
Tras siete meses, César Julián Herrera Víquez regresó a su casa en Coatepec, donde fue recibido por sus dos hijos pequeños, su esposa y su familia. De la autoridad, ni un “usted disculpe”.