Quebradero

Share

De pechito

 

Por Javier Solórzano Zinser

El PAN y el PRI se pusieron de pechito ante el Presidente. Con el “acuerdo” que sostuvieron en Coahuila provocaron todo tipo de dudas respecto a lo que puede estar detrás de las alianzas que han establecido.

En pleno regocijo López Obrador le agradeció a Marko Cortés, presidente del PAN, por revelar el “pacto mafioso” y ni cómo contradecirlo. El dirigente panista en pleno desbarajuste dijo ayer que “el único mafioso aquí es usted”, refiriéndose al Presidente, argumentando que los acuerdos deben ser transparentes como si esto cambiara el sentido de lo que acordaron PRI y PAN.

Es de párvulos que hayan firmado un “acuerdo” para sostener una alianza en Coahuila con base en arreglos que están fuera de lugar desde el punto de vista político. Destaquemos el que estuviera de por medio la entrega de notarías en caso de que triunfara quien es ya el gobernador del estado Manuel Jiménez. El PAN anda reclamando de manera lamentable cuotas, las cuales en algunos casos pasan más por componendas que por acuerdos de alcance político.

Si para llegar a un “acuerdo” tuvieron que ponerse de acuerdo en asuntos como éste, esto explica el sentido del “acuerdo” y lo endeble que pueden resultar sus “alianzas” electorales.

Destacan que son acuerdos políticos con objetivos comunes que pueden permitir al menos fórmulas para ir juntos en procesos electorales que den lugar a alternativas de gobernabilidad para asumirse como una oposición madura en medio de una coyuntura tan compleja como la que se está viviendo.

Parece que no ven que el escenario político del país tiene un partido mayoritario claramente fortalecido con una Presidencia abrumadora. Se están quedando de nuevo en una rebatinga de privilegios personales y pone en evidencia a la dirigencia de los partidos.

Por ahora, no queda claro cuáles pueden ser los efectos de la confrontación y qué tanto pueda afectar a la candidata del Frente. No es que Xochitl Gálvez tenga y pueda estar al tanto de todo, pero es de llamar la atención que no estuviera al corriente de acuerdos con componendas, más que se estuviera buscando fortalecimientos políticos para una oposición que con este tipo de situaciones se ve más desangelada aún.

A la candidata del Frente la dejaron materialmente contra las cuerdas. Ayer trató de apagar fuegos al afirmar que estos acuerdos son “inaceptables” en medio de los hechos consumados.

Lo paradójico de lo que está pasando en Coahuila es que se presentó en el momento en que la oposición se vio fortalecida debido a que logró tener un consenso real para impedir que en la capital la fiscal se mantuviera en el cargo cuatro años más.

Este desenlace se vio como un una luz y una oportunidad que hizo ver a la oposición con consenso y fortaleza, la cual no había mostrado a lo largo de estos años; fue una secuela más, como le decíamos hace algunos días, de la elección del 2021.

Lo de menos es el jolgorio, la burla y la evidenciada que les anda dando el Presidente, va de nuevo se pusieron de pechito. Lo importante es lo que subyace y las consecuencias que tiene el rompimiento en Coahuila. Los dos partidos y el nuevo gobierno quedan en evidencia porque además hasta ahora no hay manera de que presenten algún tipo de explicación respecto a sus componendas disfrazadas de coalición.

Terminan por banalizar la política y fracturan en el momento más inoportuno una muy compleja alianza entre partidos que a la vista parecen no tener nada que ver, pero que quizá en el fondo están cortados con la misma tijera.

Por si fuera poco, le permitieron al Presidente distraer la atención de otro asunto familiar que merece algo más que señalar a un periodista que lo que está haciendo es su trabajo.

RESQUICIOS.

Se veía venir el rompimiento entre los padres de los normalistas desaparecidos en Iguala y el Gobierno. Las posibilidades de ir juntos en el proceso desde hace tiempo se perdió. Terminará el sexenio y en algún sentido de manera muy lamentable podríamos estar otra vez donde empezamos.