Quebradero

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Ni los veo ni los oigo

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

 El debate sobre la desaparición de los fideicomisos del Poder Judicial en el Congreso terminó como era de esperarse, con ruido, gritos, acusaciones, protagonismos, desplantes lamentables y con la maquinaria por delante.

Todo se remitió a los lugares comunes que les gustan y necesitan alentar sobre cómo funciona el Poder Judicial y en particular señaladísima la Corte. Una y otra vez se explicó cuáles son las razones de ser de los fideicomisos, pero de nada sirvió, porque desde la mañanera todo estaba establecido sobre lo que se quería sin importar cómo se obtuviera.

El Presidente dijo lo que quería, cómo lo quería y bajo qué argumentos lo quería. En el Congreso Morena poco o nada analizó las cosas. Sobre todo, porque está establecido para qué servían los fideicomisos. Una y otra vez se les dijo que no eran para beneficio de las y los ministros con documentos en la mano.

Poco valieron las razones. Los trabajadores del Poder Judicial se están manifestando en las calles para reclamar lo que están perdiendo y habían ganado como derechos adquiridos en tanto que el Gobierno asegura, no vemos cómo, que no los perderán.

Ha quedado claramente definido para qué quieren el dinero, será para las obras emblemáticas del sexenio cuales día con día crecen en costo, y en el caso del Tren Maya no deja ni dejará de ser controvertida.

Una vez más, estamos en los terrenos en que el Gobierno impone su verdad sin importar realmente lo que sucede y lo que piensan otros. El encono presidencial ha llegado a tales niveles en que ha repetido en diferentes ocasiones que el Poder Judicial no sirve de nada, cuestión que por obvias razones repiten sus seguidores en los medios, en las redes y en el Congreso; se han venido construyendo “verdades” desde la mañanera.

Los trabajadores del Poder Judicial han anunciado un paro nacional, lo cual se acabará convirtiendo en un duelo de vencidas. Ayer le comentábamos que el Presidente asegura que los trabajadores “están siendo manipulados” como si fuera tan sencillo hacerlo cuando pertenecen a una organización gremial con un gran historial y que en muchas ocasiones se ha convertido en un elemento crítico al interior del mismo Poder Judicial.

Son los mismos trabajadores a los que se les pidió en 2018 su voto y son los mismos trabajadores que le plantearon al candidato una serie de demandas sobre las dificultades para desarrollar su trabajo demostrándole la gran vocación de servicio, lo cual es lo que ha fortalecido a lo largo de los últimos años al Poder Judicial.

Para entender lo que sucede, hay que ponerse en el papel de los trabajadores. No están en la calle porque quieran ser privilegiados, están en la calle porque quieren que se le respeten sus derechos, y porque el Presidente con su mayoría en el Congreso es precisamente lo contrario.

El Gobierno ha tomado muchas decisiones sin consultar. En este caso la decisión le afecta directamente a los trabajadores ante lo que no se entiende cómo no fueron consultados. De menos pudieron haber organizado un Parlamento Abierto por más que esté prevaleciendo la máxima de no cambiarle ni una coma a lo que viene de Palacio Nacional.

Se viene un duelo de vencidas que no va a ser resuelto sólo con la narrativa de la mañanera. Se tiene que revisar lo que se está haciendo y bien harían las y los legisladores de Morena en acercarse a los trabajadores, que al final representan, para que conozcan sus motivos y también bien harían en considerar la clase que dio la Oficial Mayor de la Corte en el Congreso.

Estamos en un capítulo más del voy derecho y no me quito que en este caso puede tener secuelas.

RESQUICIOS.

Dos del Ejército. Las Fuerzas Armadas sabían lo que estaba pasando en el momento cuando secuestraron a los 43 normalistas en Iguala. Ayer fueron sentenciados los soldados que dispararon en contra de dos estudiantes al interior del Tec de Monterrey, lo cual en su momento fue negado una y otra vez.