Parque Juárez

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Al final todo se sabrá

 

 

Por Mónica Camarena Crespo

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) vuelve a reivindicar al país; este jueves con 8 votos a favor y tres en contra, estos últimos de “ministros carnales” cayó el “decretazo” del presidente Andrés Manuel López Obrador que pretendía ocultar información, esa transparencia que odia, acerca de las “megaobras” de su gobierno.

La intención del presidente es muy clara, acabar con cualquier pista de la corrupción más escandalosa de los últimos tiempos en México.

El “decretazo” que ayer tumbó la Corte fue emitido en el mes de noviembre del 2021 y el objetivo era clasificar a los proyectos “prioritarios” de la 4T como de seguridad nacional, simple y sencillamente para no proporcionar ningún tipo de información al respecto.

Así estará el lodo sobre algunas obras, qué a pesar del dictamen de la SCJN de este 18 mayo, por la tarde volvió a enviar otro “decretazo”. Expuso de nuevo el mandatario “Son de seguridad nacional y de interés público la construcción, funcionamiento, mantenimiento, operación, infraestructura, los espacios, bienes de interés público, ejecución y administración de la infraestructura de transportes, de servicios y polos de desarrollo para el bienestar”.

El tema no es menor, por ejemplo, en el caso del Tren Maya, en medio de la depredación, cambios y trazos del 2020 a 2022, la obra tuvo un gasto de 220 mil 853 millones de pesos y en este año, se prevé que se le invierten casi 140 mil millones de pesos.

La refinería (que no refina) pasó de 47 mil 200 millones de pesos a 153 mil 600 millones de pesos. Las “megaobras” operan con contratos y obras sin licitar, denuncias de empresas fantasma y asignaciones directas a cercanos a la 4T.

No es casualidad la insistencia por desaparecer al INAI, por aniquilar a la SCJN, estorban a la corrupción galopante del gobierno de López Obrador.

Las quejas por falta de transparencia en este gobierno se han disparado de acuerdo a datos del “golpeado” Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI). Apenas el miércoles pasado el instituto denunció que algunas unidades de transparencia de la federación se han resistido a responder solicitudes.

AMLO y sus cómplices que cobran como funcionarios no gustan de rendir cuentas, más bien se notan eufóricos en su nueva condición de ricos, muy ricos. Los reflectores ahora se enfocan en la SEDENA más poderosa de toda la historia del país. Una Secretaría de la Defensa que lo mismo construye que opera aeropuertos y que su titular se da el lujo de comprar propiedades millonarias sin rendir cuentas.

Como en toda historia política, al final todo se sabrá, de ello no hay duda.

@monicamarena