Quebradero

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Juntos medio posible, separados imposible

Por Javier Solórzano Zinser

A pesar de sus quejas, al PRD no le va a quedar de otra que entenderse con el PAN y el PRI.

En las actuales condiciones anda con una mano adelante y otra atrás. Pueden influir en algunos municipios, pero su fuerza se ha diluido y lo que haga depende de su relación con los otros partidos.

La sangría de los últimos años de muchos perredistas a Morena le cambió la cara al partido. Quienes lo dejaron se dedicaron a hacer una severa crítica al perredismo señalando fundamentalmente a los “Chuchos”; algunos se fueron con dignidad y a otros les ganó el oportunismo con el cual siguen viviendo.

De ser el partido de la izquierda se convirtió en un actor menor. Se la pasaron en líos serios graves hasta para las elecciones internas. No había proceso que no acabara en elecciones en divisiones o con broncas interminables.

El acuerdo, que no decisión definitiva, entre el PAN y el PRI para que entre ellos decidan quién será el o la candidata a la Presidencia es un asunto que, efectivamente, pone en crisis a Va por México.

Ayer se reunieron las dirigencias de los tres partidos y con cierta sensatez optaron por poner en “pausa” el asunto. No tiene sentido ni futuro que cada quien jale por su lado si efectivamente quieren enfrentar de manera directa al Presidente y a su partido.

Lo paradójico, bajo esta circunstancia, es que ni PAN  ni PRI están como para andar presumiendo su fuerza y su estructura. Más bien, siguen sacudidos por el tsunami del 2018, aunque hayan podido tomar cierto aliento en las elecciones del 2021, particularmente en la capital del país.

Por ahora no se sabe qué tanto le puede afectar al PAN el juicio contra Genaro García Luna. Muchos funcionarios de los años de Felipe Calderón en que el llamado “superpolicía” se movía a sus anchas eran panistas que estaban en la primera línea en la toma de decisiones.

Por más que ahora se diga que ése “fue el pasado” no puede hacerse a un lado la trascendencia y los efectos que pudiera tener el hecho de que empezaran a surgir nombres, y por ende responsabilidades, de panistas que en muchos casos siguen como militantes activos del blanquiazul.

No hay mucho que presumir también, porque en algunos casos los votos que le dieron el triunfo al PAN no necesariamente estaban siendo a favor del partido. Más bien empiezan a ser parte de una oposición al gobierno que se manifiesta en las opciones que se tienen enfrente; quizá esté surgiendo en algunos municipios, alcaldías y estados el llamado voto de castigo.

El PRI tampoco tiene nada que presumir. Han surgido entre ayer y hoy indicios que pudieran sentarse a la mesa el singular presidente del partido y el también señalado senador Osorio Chong quienes andan de pleito. En el PRI no hay muchos espacios hacia dónde hacerse, porque es otro partido que también se diluye, aunque lo que lo mantiene es paradójicamente su pasado.

El PRI todavía conserva una militancia que por ahora sigue siendo fiel. Habrá que ver qué sucede en Coahuila y Edomex. Si el resultado le favorece a Va por México mucho se va a deber al priismo histórico y enquistado que todavía se mueve.

Lo que es definitivo es que si de alguna manera pudiera alcanzarles es juntos, por más débiles que se vean. La clave es que se puedan cohesionar, pero sobre todo que el voto ciudadano piense más en la crítica al Presidente y su partido, que en la opción que puede resultar de PAN-PRI-PRD.

No están ni para la soberbia ni para andar haciendo cuentas alegres. Más bien llevan un buen rato contra las cuerdas.

RESQUICIOS

El presidente del Colegio de Pilotos Aviadores y del Frente por la Defensa de la Aviación Nacional, Ángel Domínguez, nos dice que “no es cierto” que el AICM regrese a la Categoría 1 con cambios legislativos. Nos dice también que Aeroméxico recibió un permiso para volar a Houston, porque se utiliza al AIFA como “coterminal”, lo cual no quiere decir que haya vuelos internacionales desde el aeropuerto consentido.