Quebradero

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El proyecto

Por Javier Solórzano Zinser

A la oposición le urge un personaje que pudiera enfrentar al Presidente, a las “corcholatas” y a su partido.

Pero más le urge un proyecto alternativo. A pesar de que el gobierno se mueve en terrenos en donde es más fácil conocer qué es lo que no quiere, que lo que quiere, ha logrado crear en el imaginario colectivo a través de su discurso un sentido de las cosas para hacer ver que todo va siendo diferente.

Es difícil conocer por ahora el balance de hasta dónde va a llegar el proyecto de la 4T. Entendiendo el discurso político hasta ahora existen más elementos propagandísticos que elementos para poder llegar a conclusiones.

Las mañaneras se han encargado de crear con efectividad en el imaginario colectivo que estamos ante un cambio de paradigma a través del proyecto de gobierno el cual le está dando un giro radical al país. No se puede soslayar que estamos ante muchos cambios, muchos ellos más de forma que de fondo, que ciertamente en la población se ven como indicador de nuevas condiciones.

En buena medida con esto se ha gobernado estos años y por ahora todo enfila a que la estrategia ha permeado de manera positiva entre las mayorías. Uno de los elementos para evaluarlo pasa por la consistente popularidad del Presidente. Los niveles más bajos en las encuestas sobre López Obrador alcanzan al menos de 55%, lo cual desde donde se vea es altamente positivo teniendo como referencia muchos gobiernos en todo el mundo.

Llegará la terca realidad y sabremos hasta dónde llegan los resultados más allá de la popularidad del Presidente. No se alcanza a vislumbrar lo que puede pasar en el futuro inmediato por más que López Obrador tenga todavía el sartén por el mango.

No hay manera de comparar al Presidente con sus antecesores. Algunos de ellos entraron en su cuarto año de gobierno con altos niveles de aceptación, pero bien sabemos los ciudadanos que al final de su sexenio se les cayó la casa.

López Obrador insiste en que tiene un proyecto y ello lo hace todavía más fuerte. La oposición se ve limitada porque no tiene un proyecto o algo parecido. No queda claro qué es lo que quiere, ni rumbo por dónde dirigirse, sigue sacudida por el tsunami del 2018.

En algunos estados los triunfos de la oposición han tenido que ver con la inconformidad y crítica al gobierno, como fue el caso de la capital, y en otros casos ha sido producto de escenarios estatales en donde las cosas se mueven bajo otra dinámica.

Decía Don Jesús Reyes Heroles que primero era el programa y luego el hombre. Con la diferencia que hoy se plantearía con razón luego viene la mujer o el hombre la frase tiene vigencia. En su tiempo se trataba de atemperar ánimos y caballada aunque al final de cuentas quien determinaba el fiel de la balanza era el dedo.

Sin soslayar la importancia de la o el candidato ante la realidad en la que estamos un proyecto de gobierno es clave porque es el instrumento para confrontarse con la 4T.

Conversamos con Mauricio Vila, gobernador de Yucatán y con la Jefa de Gobierno de la capital. Coinciden desde diferentes perspectivas, en que la clave para ganar las elecciones radica en tener un proyecto. Claudia Sheinbaum asegura que la oposición no tiene proyecto y que por ello no hay cómo ganar las elecciones y que el Presidente y Morena sí lo tienen. Mauricio Vila nos dijo que no se puede ganar, independientemente del candidato o candidata, si no se tiene un proyecto.

Se podrán argumentar muchas cosas contra el Presidente, pero a diario dice dónde y qué quiere en las abrumadoras mañaneras y dónde puede. La oposición a diario reclama, pero no se sabe ni qué quiere y por dónde va.

RESQUICIOS

Nos dijo ayer nuestro compañero Rafael Rojas que la crisis del Perú no parte de la destitución de Pedro Castillo. “Es el último gran capítulo de un largo proceso de inestabilidad que empezó con Fujimori”. No se exige que regrese Castillo, se quiere un proceso electoral, la renuncia de la presidenta y un nuevo Congreso.