Quebradero

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2024, fundamental para YSQ

 

Por Javier Solórzano Zinser

 

Algo debe estar viendo el Presidente que no hay día en que no se refiera a la sucesión. Con los destapes de las “corcholatas” adelantó un proceso que ha provocado confrontación en Morena que, por ahora, se matiza, pero que llegado el momento puede provocar rompimientos.

Ya hay indicios de ello en que queda claro que el partido no está cohesionado. Empiezan a surgir diferencias y los grupos se van dividiendo. Una cosa es que en este momento se esté pasando por un proceso en que todavía falta tiempo para la decisión, y otra será cuando se tome la decisión.

Ricardo Monreal está jugando un papel importante, porque a pesar de que no hay manera de que pueda ser candidato de Morena, está metiendo ruido interno y le van apareciendo simpatizantes. No está para pasarse de largo el apoyo que hace algunos días le manifestaron senadores y diputados, incluyendo algunos de Morena.

El Presidente quiere tener el pleno control del proceso. Da la impresión que quizá ya tiene una decisión por más que se hable de encuestas y de que “no habrá dedazo”. Por la forma en que actúa López Obrador, por la concentración del poder que ha ido adquiriendo y fortaleciendo y por el control que tiene sobre el partido, cuesta trabajo imaginar que una decisión de esta importancia pudiera dejarse al garete o a una encuesta.

El Presidente está metido en la sucesión y en el camino tira línea, ironiza y desacredita a quienes eventualmente pudieran ser candidatos de la oposición. Poco a poco va logrando el control del proceso y es claro que las “corcholatas” deben actuar a imagen y semejanza del Presidente para alcanzar su objetivo.

Si alguien lo tiene claro es la Jefa de Gobierno. Ha seguido una línea en la cual en muchas ocasiones repite textual lo que dice el Presidente en forma y fondo. El último lance tiene que ver con un nuevo ataque al INE, debido a que el Instituto la conminó a cumplir la ley.

No le quedó de otra que aplicarse no sin antes lanzar una serie de señalamientos al INE, como si el Instituto hubiera hecho el marco legal que lo rige. Muchos integrantes de Morena son responsables de lo que hoy es el INE. El espíritu detrás de muchos de los cambios al Instituto buscaba algo fundamental para la oposición de aquellos años: el equilibrio, la competencia pareja, no adelantar los tiempos tratando con ello de cerrarle el paso al partido en el poder con todo y su aparato.

El Presidente está en campaña para hacer campaña por las “corcholatas”. Es sabido que son los espacios en que mejor se mueve, además de la gran experiencia que tiene.

López Obrador no va a estar en la boleta, pero va a hacer todo lo posible para que a la o al candidato de Morena se le vea como su extensión, además es la fórmula que requiere para la continuidad de su proyecto.

Ésta es la razón por la cual la Jefa de Gobierno y el titular de Gobernación son quienes están en el mayor de los ánimos presidenciales. Son quienes, por lo menos en el papel, le garantizan la continuidad que pretende.

No es que Marcelo Ebrard no esté cerca del Presidente. Más bien lo que sucede es que trae agenda propia y se mueve en ocasiones por la libre, lo cual le ha de provocar más de alguna inquietud al tabasqueño. Lo que sí está claro es que cualquiera de los tres le van a garantizar lo esencial al Presidente, pero también es cierto que la o el candidato deben ser fuertes porque desde hace algunas semanas han surgido incógnitas.

Para López Obrador va a ser igual de importante ganar el 2018 que ganar el 2024 con cualquiera de sus “corcholatas” y si de preferencia es la Jefa de Gobierno o su paisano mejor aún.

RESQUICIOS.

En los últimos mundiales los equipos con la nómina más alta han resultado campeones o finalistas. Si nos atenemos a esta premisa coloquemos en la línea a Francia y Brasil. Como fuere, son los que mejor han jugado y que más asombran. En el nuestro futbol de cada día no pasa nada y para colmo dejan al entrenador al garete llegando al aeropuerto.