Quebradero

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¿No pasa nada?

Por Javier Solórzano Zinser

En medio del aturdimiento en el que estamos la difusión de chats de lo que parece ser la interminable audioteca de la estridente gobernadora de Campeche viene a provocar más confusión que lleva al descrédito de la política y los políticos.

Sus muy particulares razones deberá tener Layda Sansores. Si se trata de evidenciar a Ricardo Monreal no quedan claros sus motivos, porque los personajes que participan en el muy dramatizado chat han negado tajantemente que sean ellos.

Se podría decir que tiene cierta lógica la negación de los chats por Monreal y Alito; sin embargo, cuando se dieron a conocer los audios del presidente del PRI el silencio de Alito dejó dudas.

Otra razón que se menciona sobre la difusión de las conversaciones tiene que ver con buscar el descrédito de Monreal en una suerte de apoyo a la “corcholata” mayor. Sí así fuera, flaco favor le están haciendo a la Jefa de Gobierno, porque la meten en el fango y así como hoy se puede plantear algo contra Monreal mañana se puede desatar una guerra sucia en la cual, aunque no quiera participar o se quiera desmarcar, Claudia Sheinbaum va a ser parte de ella; de manera doméstica diríamos que la llevan al baile.

El verdadero problema está en lo que le espera a Morena. Sorprende que, a pesar de que el Presidente llamó a la calma a la estridente gobernadora, ésta haya tomado la decisión de difundir los chats.

O el Presidente nos anda engañando con la verdad o poco a poco la sucesión al interior de Morena está entrando en terrenos en donde sorprendentemente López Obrador no está siendo escuchado. Cuesta trabajo imaginar esto último, sobre todo porque no encontramos cómo pudiera ser que el Presidente no estuviera al tanto de la audioteca de la gobernadora y la decisión de ir difundiendo su contenido.

Ricardo Monreal es uno de los personajes más señalados en Morena. El mismo Presidente lo ha ido haciendo a un lado y cuando lo mencionó como una de las “corcholatas”, lo ha hecho una sola vez, poco faltó para que el zacatecano hiciera fiesta.

La gobernadora y su militancia desbordada hacia el Presidente lo que terminan por hacer es generar preguntas e interpretaciones. Ricardo Monreal tendrá que hacer una revisión para conocer, o al menos intuir, la procedencia del fuego amigo y sus cómplices; no pareciera que todo empiece y termine en Campeche.

Independientemente de las grillas morenistas, lo que está pasando muestra un conjunto de irregularidades legales en las que no se ha reparado y empiezan a ser costumbre. Se están difundiendo audios y chats de manera ilegal en la cual los personajes involucrados no han dado su anuencia para que sean públicas sus presuntas conversaciones.

La gobernadora lo hace desde el poder con una alta dosis de puesta en escena. Lleva meses difundiendo información, la cual por la forma en que lo hace está fuera de la ley; sin embargo, todo indica que no pasa nada, no se hace nada y no se le impide hacerlo independientemente de su ilegalidad.

El caso del hermano del Presidente nos coloca en escenarios similares. Se le entregó dinero en efectivo, el cual posteriormente se aseguró que estaba destinado al “movimiento”.

Cualquier ciudadano tendría que dar cuenta de estas transacciones y más aún cuando se trata de dinero en efectivo y que de por medio estaban diferentes personajes. Uno cercano al gobierno de Chiapas; quien entrega y graba la entrega, y otro el hermano de quien era el político más influyente de la oposición.

Al final entramos en los terrenos del no pasa nada. No hay quien los detenga y los juzgue, independientemente de que los hechos, tanto el de Campeche como el de Chiapas, tengan un marco de irregularidad legal.

Vamos en línea directa a un nuevo capítulo del no pasa nada.

RESQUICIOS

El canciller Marcelo Ebrard, en un buen deseo y también en un acto de campaña, anunció oficialmente que México quiere la sede de los Juegos Olímpicos del 2036, hoy no se ve ni por dónde.