Quebradero

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El PRI al borde del nocaut

Por Javier Solórzano Zinser

Entre ayer y hoy en el PRI han estado escuchando a quienes se menciona como posibles candidatos a la Presidencia.

Algunos se han autopostulado y otros presumimos que se debe a que fueron considerados en la lista de aspirantes de la oposición del Presidente, en un hecho que deja en claro quién tira línea y quién controla la agenda.

El Presidente los echó a andar y más allá de la convocatoria interna del tricolor, parece ser una reacción ante la provocación presidencial. Hay personajes interesantes en el proceso y si no hay plan con maña podrían sacar conclusiones como el preguntarse qué hacer con el partido.

En medio de la cuestionada presidencia de Alito en el PRI se puede abrir un espacio estratégico. No se ve cómo el tricolor pueda ser competitivo sin alianzas; sin embargo, lo que puede pasar es que se sacuda internamente un estado de pasividad, confusión y marasmo en el cual se ha caído y del cual no ha aparecido signo alguno de al menos tratar de salir en lo que andan desde el 2018. Las quejas a estas alturas no sirven de mucho y menos colocar al Presidente como eje de sus muchos males.

Lo que hace López Obrador es regodearse con su discurso contra el PRI. Igual lo ubica como la esencia del neoliberalismo que los felicita por haber votado en favor de su propuesta de militarización “que los aleja de los conservadores”; en suma los trae al trote.

El mayor problema en este momento para el PRI es qué hacer con su muy cuestionado presidente, el cual se ve inamovible. A las críticas que se le hacen internamente responde de manera similar a cuando el gobierno presiona a los priistas, en particular a él. De inmediato pone en la mesa el pasado de sus críticos quienes, en la mayoría de los casos, optan por dejar las cosas como están.

Sin embargo, tarde que temprano la confrontación será inevitable porque va estando de por medio la existencia misma del partido. Por más que se hagan cuentas alegres, los priistas saben bien que son una mala marca y que han ido perdiendo electores por más que presuman sus once millones del voto duro.

Los once millones serán posibles si en lo general el PRI actúa unido, porque de lo contrario esta cantidad de votos podría partirse al menos a la mitad, sin pasar por alto que un elemento clave como es la alianza entre partidos se ha venido resquebrajando fundamentalmente por la forma en que ha actuado el presidente del PRI, a quien lo han venido presionando desde el gobierno por su muy cuestionado pasado.

La reunión de ayer y hoy pudiera ser un momento de oportunidad que permita que los priistas, con todas las limitaciones del caso, pudieran entrar en un proceso serio de diálogo interno.

Si el PRI no evoluciona y no tiene la capacidad de entender el tiempo político, se confirmará aquello de que ya fue. Su tarea central es la de buscar cómo reinventarse para lo cual eventos como los de estos días le pueden ser de importancia para la autocrítica y crear consensos que puedan permitir cambiar la actual dirigencia, la cual tiene el síndrome del estorbo.

Es probable que si alguien le conviene que las cosas sigan igual es al gobierno, porque de alguna manera la actual dirigencia le ha sido de gran utilidad legislativa, a la vez que estos lances le han servido al Presidente para atomizar la alianza.

No vemos cómo el PRI se pueda reinventar si no se hace cirugía mayor, pero, sobre todo, si no opta por un proceso de autocrítica que no tiene que ver con algunos golpes de pecho.

Con la Reforma Electoral se sabrá si Alito cumple o si no sucede que a la mitad del camino le ponen a todo volumen la audioteca de la estridente gobernadora y cambia de opinión.

El PRI está al borde del nocaut.

RESQUICIOS

El flujo de migrantes venezolanos hacia EU es ya el segundo después de los mexicanos. Con las recientes medidas EU ha expulsado a una gran cantidad de venezolanos a quienes han traído a la capital en donde se la pasan deambulando sin saber qué hacer en medio de la desesperanza.