Quebradero

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Senado, votación por el futuro

Por Javier Solórzano Zinser

Muchas cosas están en juego en el Senado. La votación para decidir si las Fuerzas Armadas regresan a los cuarteles en 2028 es determinante en el rumbo que seguirá la estrategia en materia de seguridad.

La experiencia de los últimos 15 años ha evidenciado que tener a los soldados en las calles no necesariamente es la solución al grave problema que tenemos.

Se pudo haber optado por un impulso concreto al desarrollo de la Guardia Nacional y las policías locales bajo otros derroteros; sin embargo, da la impresión de que de alguna manera la decisión estaba tomada desde hace tiempo por parte del Presidente. La Guardia Nacional fue sólo un experimento en que pareciera que de antemano se sabían los resultados y lo que vendría.

De hecho, la Guardia Nacional está conformada por al menos un 70% de soldados. Las y los gobernadores, sin importar el partido, se dedicaron a colocar como encargados de la seguridad a militares, como decíamos hace unos días les fue más fácil estirar la mano que invertir en las policías.

Se parte de un cuestionable supuesto, se cree que los militares por ser militares no son proclives a la violación de derechos humanos, a la corrupción y a la impunidad. No sólo es esto, en el fondo también está el hecho de que se esté tomando una decisión que viola la Constitución.

Los militares están por todas partes y si bien sus niveles de popularidad son realmente altos, esto no quiere decir que estamos resolviendo el problema de la seguridad con ellos.

Ayer se hablaba de que se quería adelantar la votación en el pleno del Senado sobre el tema, pero como fuere y desde donde se vea, se perfila una votación pareja en la que el PRI será factor determinante de lo que pase. Las circunstancias colocan al tricolor como el factor que podría darle al Presidente lo que quiere.

En lugar de optar por una discusión abierta se están tomando decisiones para evitar cualquier debate. No hay motivos como para que se le amarren las manos a la o al sucesor hasta 2028.

Los senadores priistas se la han pasado en medio de maromas y también de presiones al interior del partido y de los aparatos de gobierno. El PRI se juega mucho de lo poco que le queda en este proceso, habrá que ver qué deciden las y los senadores porque lo que hagan será clave para frenar o avalar lo que en el fondo es una propuesta del PRI que le cayó como “anillo al dedo” al Presidente y su proyecto militar.

La otra parte de la ecuación tiene que ver con el futuro del PRI. El partido va que vuela para quedar como un apéndice de Morena totalmente expuesto y entregado. La decisión del presidente del tricolor puede haberle salvado el pellejo, pero va a dejar el partido totalmente bocabajeado.

Algunos legisladores priistas han adelantado que no votarán a favor de la propuesta de su propio partido. Otra, como la senadora Beltrones, entró en el terreno del sí, pero no y todo indica que se va a abstener en un asunto que merece una decisión clara.

Lo que pase será determinante para la discusión y votación sobre la Reforma Electoral. En el PRI han lanzado más guiños al proyecto presidencial, el cual coloca bajo riesgo la democracia y las formas que hemos desarrollado en los procesos electorales.

Estamos en medio de los tiempos de la vendimia política en que todo se vale para aprobar que las Fuerzas Armadas regresen a los cuarteles hasta 2028. La decisión de ayer del senador panista por Yucatán Raúl Paz de integrarse a Morena en medio de la vendimia resultó entre patética y oportunista.

Si el PRI en el Senado no frena con sus votos lo que propuso el PRI en Diputados, más vale que nos preparemos para dos años de mayor concentración del poder y de una Reforma Electoral a modo.

RESQUICIOS

Bien dice Ernesto López Portillo que si te dicen que la vía militar es la correcta y no ves la evidencia, no te enteras del colapso en el aseguramiento de armas de fuego. 2011 casi 40 mil, hoy menos de 9 mil; en eso andamos.