A las órdenes de un dictador

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Por Ruby Soriano

El concurrente discurso del Presidente AMLO la noche del pasado 15 de septiembre desde el balcón de Palacio Nacional sentenciando la muerte de la corrupción en México quedó ahí, como la arenga ensayada para alimentar los gritos de un pueblo que le rindió poder a su Mesías.

Y sin embargo, bastaron dos días, para que las palabras del mandatario fueran carcomidas por la vorágine del partido que él mismo creó y del que se mantuvo en sus años de lucha antes de llegar a la presidencia del país.

El Consejo Nacional de Morena exhibió una vez más la mano del tirano que desde algún lugar, usó las ligas que tanto le gustan a esa izquierda disfrazada, para simular la democracia que no existe y se empaña con un débil argumento usado siempre que se quiere imponer la voluntad de un Presidente.

Con la modificación de los estatutos morenistas se oficializó el dedazo de Andrés Manuel López Obrador para que sus peones (Mario Delgado y Citlalli Hernández) se mantengan en la presidencia y secretaría general del partido en el poder, garantizando así, la “unción” de la corcholata preferida del mandatario, que no es otra más que Claudia Sheinbaum.

Bastó menos de un lustro para que Morena sellara con bombos y platillos su mutación priista donde hoy no queda duda que estamos frente a un partido de Estado, donde se alentarán candidaturas a modo con la concerniente venia de López Obrador.

La cargada morenista en su reunión de este fin de semana ratificó que están del otro lado de la izquierda transformadora con la que dijeron iniciarían el mandato en un país ávido de cambios y transformaciones.

Está de más advertir lo que viene. Poco a poco las masas morenistas se sumarán al templete de la jefa de gobierno que desde hace meses está en campaña permanente.

Mucho será el trabajo que tenga el buen Antonio Gutiérrez Rubí quien como consultor tendrá que empujar la gran maquinaria de Sheinbaum quien se quitó el disfraz y hoy luce un look renovador muy lejos de las mujeres que hace años se iniciaron en las bases morenistas.

El partido del Presidente ha ratificado su gran simulación para hacer a un lado la democracia interna en Morena y disfrazar de “mediciones” a modo la elección de candidaturas hacia el 2024.

Estas encuestas sólo existirán en el imaginario colectivo, pues desde ahora podemos pronosticar que todas esas postulaciones serán dedazos y negociaciones internas que respondan a los intereses del Presidente y de la cúpula del poder morenista.

Qué cara sale la simulación en México cuando un Presidente en pleno día de la independencia gritó muera la corrupción y el clasismo, mientras en su partido se fraguaba la imposición de dirigentes y estructuras para cargar los dados hacia su favorita.

Asimismo, hablando de clasismo su nuera Carolyn Adams se dio vuelo en sus redes sociales mostrando el “makeup” que para la noche mexicana le hizo su estilista de cabecera Víctor Guadarrama.

El show de la simulación enmarca a un gobierno hoy carcomido por el pasado que tanto atraen en sus discursos y que sólo enuncian, pues el poder terminó por igualarlos con los regímenes neoliberales que siguen criticando pero que hoy imitan a la perfección.

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