«Hablar más de un idioma y traducirlo día a día es una riqueza»: Fabio Morábito

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Por Constanza Mazzotti/ Península 360 Press

Con más de una veintena de años de dar clases en el Instituto de Poética de la Universidad Nacional Autónoma de México ‒UNAM‒, Fabio Morábito sabe muy bien que, hablar más de un idioma y traducirlo día a día es una riqueza, pues reconoce el valor, incluso, emocional y psicológico que ello implica.

Para este maestro, poeta y escritor, el uso de dos idiomas es una práctica que, contrario a lo que se piensa, enriquece de manera constante a las dos lenguas, un acto que, en sus palabras, debe de defenderse.

En los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México ‒UNAM‒ se hablaba de él con una mezcla de respeto y otro poco de temor. Después de elegir su materia, medio a ciegas y por curiosidad me llegó el rumor: «Es muy estricto», dijo alguien que ya había pasado por alguna de sus clases.

Decidí ignorar esas palabras y me dirigí hacia el Departamento de Poética. Un lugar al que, para llegar, debes de tomar el «Puma Bus», desplazarte fuera de Ciudad Universitaria y llegar casi a las afueras de la UNAM.

Ahí estaba Fabio, empezando la clase a la que llegué algunos minutos tarde.

La incomodidad del silencio me hizo pronunciar, sin que nadie me lo pidiera, un saludo seguido de mi nombre: «Hola, soy Frida» y, además, agregar un evidente: «llegué tarde» seguido de silencio.

Quién sabe qué habrá pensado aquel Fabio que, hasta ese entonces, conocía de él sólo un nebuloso mote que emitió aquella desconocida compañera: «Fabio…estricto», no se le ve tan así, pensé.

Para ese entonces Fabio Morábito, italiano, nacido en Alejandría, que escribe en español en México desde su adolescencia, tenía ya en su haber una prolífica carrera como poeta y escritor.

En 1985 ganó el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía «Carlos Pellicer» por Obra Publicada a su poemario «Lotes baldíos», una obra que reúne dos de sus más significativos poemas «Cuarteto de Pompeya» y «La ola que regresa».

La historia imaginada de los últimos momentos de dos cuerpos abrazados y petrificados durante la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. –uno de los mayores desastres naturales de los últimos dos mil años‒ descubierto por el arqueólogo, también italiano, Vittorio Spinazzolla, en 1922 y que bautizó como «Los amantes de Pompeya», y de la que Fabio recreó una última noche llena de pasión.

Mientras que «La ola que regresa», título que da también al tomo de poesía y pequeños relatos sobre lo cotidiano que reúne tres de sus libros «Lotes baldíos» ‒1985‒; «De lunes todo el año» ‒1992‒, Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes; y «Alguien de lava» ‒2002‒, un poema que habla del vigor del mar y la naturaleza.

En 1997 con «Cuando las panteras no eran negras», que narra el viaje de una joven felina en busca de su identidad, guida por un grupo de sus semejantes «que no dejan huella», le hizo acreedor del Premio Internacional White Raven concedido por la Jüngenbibliotheke de Munich.

Para 2006 «Grieta de fatiga», quince cuentos cortos sobre la belleza y curiosidad de lo cotidiano ‒tema preferido y recurrente en la narrativa y poesía de Fabio‒ fue merecedor del Premio de Narrativa Antonin Artaud.

De todo ello lo único que conocíamos era que el profesor era quizás «estricto».

Quien ha dicho que la ignorancia es una dicha, no se equivocó. Pues ese desconocimiento creó una especie de unión entre el profesor y sus tímidos alumnos en la clase de traducción I y II. Creando así una familiaridad recurrente de los martes y jueves por las tardes en la sala de profesores del departamento de Poética tan alejado del bullicio de los pasillos de la Facultad.

Con el tiempo nos fuimos conociendo. El «profe» de traducción poco a poco adquirió un aire de respeto que se diluía con el gran sentido del humor con el que ensalsaba cada palabra con la que experimentábamos. «¿Qué dice el párrafo?» «¿Qué otra palabra se les ocurre? » «Así suena bien» «No eso no convence».

Años y entrevistas después, Península 360 Press desde su segmento «Retratos del Área de la Bahía» regresa al mismo salón de Poética del Instituto de Filología de la UNAM para reencontrarse con ese profesor y así escuchar sus vivencias desde su rol como maestro de la materia de Traducción de Letras Modernas Italianas de la UNAM que imparte desde hace más de diez años.

Una clase que afirma es «más bien un taller de traducción». Además, Fabio reflexiona sobre el constante trabajo que se realiza al entrar en contacto con otra lengua a la que no es «la de uno».

Años después de esas reveladoras clases, sus alumnos conocieron y felicitaron con cercanía a su «profe» de traducción pues, Fabio volvió a hacerse acreedor, en 2015, del Premio Internacional White Raven concedido por la Jüngenbibliotheke de Munich por «Cuentos populares mexicanos».

Posteriormente, en el 2017 se le otorgó el Premio Bellas Artes Narrativa Colima para Obra Publicada por « Madres y perros», mientras que en 2018  se hizo de uno de los mayores galardones que hay para la literatura mexicana y que se otorga cada año al mejor libro editado, este es el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por su obra «El lector a domicilio».

Dicho premio ha sido otorgado en el pasado a escritores como Juan Rulfo por «Pedro Páramo» en 1955, a Octavio Paz por «El arco y la Lira» en 1956, a Josefina Vicens por «El libro Vacío» en 1958, a Elena Garro en 1963 por «Los recuerdos del porvenir» y en 2021 a Cristina Rivera Garza por «El invencible verano de Liliana», entre muchos otros.

Además, en 2019 Morabito gana el Premio Roger Caillois otorgado por el PEN Club Francés, un premio que se otorga cada año a un autor de América Latina y otro a un autor de lengua francesa.

Entre los latinos galardonados en el pasado se encuentran en 1991 el chileno José Donoso; en 1993 el colombiano Álvaro Mutis; en 1995 el argentino Adolfo Bioy Casares; en 2003 el mexicano Carlos Fuentes; y en 2006 el mexicano Sergio Pitol, por mencionar sólo algunos.

Para más detalles sobre Fabio Morábito y su faceta como profesor y traductor visita la entrevista en la cuenta de Instagram de @peninsula360press.

Escucha la nota de voz de Constanza Mazzotti