Cuando un payaso se muda a un palacio
no se convierte en rey…
el palacio se convierte en circo.
Proverbio Turco
Por Omar Zúñiga
Por más que uno quiera evitar comentar las pifias (por ser benévolo) y tratar de evitar ser monotemático, es imposible abstraerse de comentar los graves errores del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.
Más allá de que se pueda simpatizar o no con un proyecto de gobierno, nuestro trabajo como profesionales del periodismo es informar, así de simple, no debemos por ética periodística, emitir juicios de valor, pues de inmediato se pierde la objetividad, valor supremo de un periodista.
Sin embargo nuestro trabajo, nuestro deber, es dar a conocer los errores y tener -en este caso- un gobierno en que el mandatario de cualquier nivel escuche, valore y pueda, en su caso, corregir el camino para que su pueblo pueda ser bien gobernado.
Lo mandata la Constitución en su Artículo 87 cuando se toma protesta al cargo (…) “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República (aquí se tropicaliza a cada constitución local según sea el caso del gobernador) que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande.»
Pues bien, ahora el pueblo veracruzano lo demanda y no se falta a la objetividad periodística. Es realmente inconcebible el grado que muestra y demuestra quien gobierna Veracruz, su ignorancia, falta de sensibilidad, falta de oficio y sentido de la política, soberbia, altanería y varios etcéteras.
Más allá de los famosos “infiernos” que le toca vivir a cada gobierno y su capacidad de resolverlos, está, reitero, la soberbia y altanería de Cuitláhuac García Jiménez.
Esta semana, ha sido quizá su semana de infierno, propiciada en buena manera por él mismo.
En orden cronológico, la clausura del Acuario de Veracruz por autoridades de la Procuraduría del Medio Ambiente de Veracruz, que después de hacerse bolas por los motivos que motivaron la clausura, y de que el mismo gobernador Cuitláhuac García se encargara de decir que el cierre no obedecía a que el gobierno quisiera administrar y apenas dos días después, emite un decreto donde extingue el Fideicomiso respectivo para darlo en administración al Gobierno de Veracruz a través de la PMA, cuyo titular Sergio Rodríguez Cortés conocido como el matamojarras, no sabe la “o” por lo redondo, dándole fin a un exitoso proyecto de 30 años que ha generado recursos millonarios para investigación, que ha sido reconocido internacionalmente y que es un icono del puerto jarocho.
En segunda instancia, está la felicitación que hizo a voz en cuello el mismo Cuit a la fiscal general Verónica Hernández Giádans, luego de que el martes pasado 17 de mayo, fuera detenido a quien la Fiscalía General del Estado ubicó, señaló y presentó públicamente como el probable responsable del asesinato de las periodistas de Cosoleacaque Yesenia Mollinedo y Sheila Johana García.
El gusto les duró lo mismo que un pedo en una hamaca, pues por la noche a través de un escueto comunicado, la FGE informaba que “siempre no”, que el joven detenido no era quien pensaban que era, que fue confundido ¡en un caso de homonimia! La mañana del miércoles fue liberado sin siquiera un “usted disculpe”.
En este caso vale la pena resaltar que Cuitláhuac García, en su conferencia de prensa mañanera Región 4, queriendo desacreditar y minimizar el homicidio de las compañeras reporteras, se aventó la puntada de decir que no le correspondía al estado garantizar la seguridad de los ciudadanos, de ese tamaño es la ignorancia de quien tiene las riendas de Veracruz.
Por si fuera poco, la pifia fue (es) noticia de nivel internacional, al ubicarse México y Veracruz como el país más peligroso para ejercer el periodismo y la entidad con más riesgo, respectivamente; y además culpó directamente a los elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase) del error, cosa que cayó muuuuuuy mal en el altiplano y seguro habrá consecuencias.
Y la última de la semana fue la -nuevamente- desafortunada, por calificarla de manera generosa, declaración, tambiiiién, de Cuitláhuac García Jiménez, sobre la desaparición de la joven Viridiana Moreno Vázquez en Ciudad Cardel el 18 de mayo, de quien aseguró Cuit el viernes 20 de mayo que “ya había atendido dicho asunto” y que la mujer de 30 años “no está desaparecida, está resguardada (sic), es que es un asunto que no se puede decir en público», mencionó públicamente el titular del Ejecutivo estatal en la misma Ciudad Cardel.
Un día después, es decir apenas el sábado pasado y para variar, queriendo otra vez eludir su responsabilidad, trató de culpar a los medios de información (estrategia que ha usado su mentor) de “tergiversar sus declaraciones” y confirmó lo que lamentablemente sigue siendo una realidad: Viridiana sigue desaparecida.
Y tampoco el asunto cerca de terminar. Al gobernador le siguen creciendo los enanos. Anoche mismo a las 21:00 horas, la caseta de peaje de La Antigua seguía tomada por pobladores de Cardel, precisamente reclamando la aparición con vida de Viridiana
Esto fue sólo esta semana.
¿Cuál de estas tres situaciones le parece más grave que otra?
¿Será cierto que los pueblos tienen los gobernantes que merecen?, ¿realmente el gran pueblo veracruzano merece un gobernador como Cuitláhuac?
Ni el más ruin de los gobernantes antes de Cuitláhuac se había atrevido a tanto.
En resumen, el gobernador Cuitláhuac es el bueno… ¡para nada!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com