Propone AMLO producir en América del Norte lo que la región consume, durante encuentro con Biden y Trudeau

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La Cumbre de Líderes de América del Norte entre Andrés Manuel López Obrador, Joe Biden y Justin Trudeau se desarrolló este jueves en un ambiente distendido pero bajo la sombra de las tensiones comerciales y migratorias.

Es la primera cumbre de líderes de América del Norte desde 2016. Biden la ha resucitado después de que fuera enterrada por su predecesor, Donald Trump.

Como viene haciendo con sus aliados europeos y asiáticos, el presidente demócrata quiere mejorar las relaciones entre los tres grandes países de Norteamérica que forman el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La visión de Biden para Norteamérica pasa por aunar fuerzas para afrontar los retos «y tomar tras la pandemia acciones decisivas, poder reducir el cambio climático e incluso llevar adelante un repunte económico», esbozó durante la cumbre.

López Obrador llevó a Washington un mensaje de integración económica y ayuda al desarrollo como antídoto a la migración clandestina.

«La integración económica, con respeto a nuestras soberanías, es el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del crecimiento de otras regiones del mundo», afirmó López Obrador durante el encuentro trilateral refiriéndose a la expansión de China.

Echó mano de los números para ilustrar la amenaza: Estados Unidos, Canadá y México representan el 13 por ciento del mercado mundial, mientras que China el 14.4 por ciento, cuando en 1990 solo acaparaba el 1.7 por ciento, dijo.

México es partidario de «producir en América del Norte» lo que la región consume y no depender de las importaciones, para esquivar problemas en la cadena de suministro como los que se registran actualmente.

Pero en la cumbre no todo es color de rosa por mucho que los tres presidentes se deshagan en halagos.

Hecho en EEUU

Como un eco de la ideología del «Estados Unidos primero» de Trump, Biden intenta revitalizar la tambaleante base industrial estadounidense, sobre todo impulsando el mercado de vehículos eléctricos y energías limpias. Y esto genera fricciones.

Tanto México como Canadá están alarmados por la propuesta de Biden de otorgar beneficios fiscales para promover la fabricación en Estados Unidos de vehículos eléctricos.

Y Canadá y Estados Unidos desaprueban la reforma constitucional de López Obrador para el sector eléctrico, por su potencial impacto en las inversiones privadas.

«Buy American»: la política de Biden para fomentar la compra de productos estadounidenses molesta a sus vecinos, que la tachan de proteccionista.

Migrantes “honrados”

La migración es el otro lastre en las relaciones.

Hay que «manejar los retos de la migración y los beneficios que podríamos sacar», dijo Biden durante la cumbre.

López Obrador pidió «hacer a un lado mitos y prejuicios», como «dejar de rechazar a migrantes cuando para crecer se necesita fuerza de trabajo que en realidad no se tiene con suficiencia en Estados Unidos ni en Canadá».

Y propuso «estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio».

AMLO no quiso perder la ocasión de respaldar a Biden por la iniciativa enviada al Congreso para regularizar la situación de millones de migrantes porque beneficia a personas «que viven y trabajan honradamente», pero insistió en que la migración deber ser una opción y no el resultado de la miseria.

Antes de la cumbre López Obrador se reunió por separado con los dos dirigentes y con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris.

Hay «que invertir para que haya trabajo y bienestar en América Central, para que la gente no se vea en la necesidad de emigrar, que la migración sea opcional, no forzosa», dijo a Harris.

En este sentido dijo estar al tanto de que «ya hay un plan de parte del gobierno de Estados Unidos para ayudar a Centroamérica».

Los encuentros bilaterales entre los dirigentes se fueron sucediendo entre carantoñas diplomáticas.

Biden dijo que defiende una relación «en pie de igualdad» con México, basada «en el respeto mutuo» para un futuro prometedor.

«Cosa que agradecemos», respondió López Obrador, «porque de esa manera no necesitamos estar reafirmando nuestros principios de independencia y soberanía».

«Somos pueblos y naciones hermanas», afirmó por su parte López Obrador a Trudeau.

«Es una de las relaciones más fáciles que tenemos», le dijo Biden al primer ministro canadiense.

Y este último en la trilateral proclamó: «Somos tres países con vínculos fortísimos de amistad».

Al contrario de lo que solían hacer hace años, esta vez no habrá rueda de prensa al final de la cumbre, sino una declaración conjunta porque, según el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, es «más precisa».

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© Agence France-Presse