Remembranzas

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Alfredo López Austin, el gran sabio de la historia y los mitos

 

Por Leticia Perlasca Núñez

 

Alfredo López Austin nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, pero emigró a la Ciudad de México para estudiar historia, a invitación de Miguel León-Portilla.

 

Incansable estudioso, también era Licenciado en Derecho, su tesis de grado sobre el tema fue “La constitución real de México-Tenochtitlan”.

 

López Austin era Investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas, profesor de asignatura y posgrado; pertenecía al Sistema Nacional de Investigadores.

 

Fue también uno de los mayores estudiosos de los mitos, la iconografía y cosmovisión prehispánica

 

Son innumerables las aportaciones de López Austin al estudio de las culturas prehispánicas, sin embargo, entre tantas, destacan las siguientes:

 

  • La creencia en el dios Quetzalcóatl no deriva de la divinización de un personaje histórico.
  • En la antigüedad mesoamericana se creía que la entidad anímica central del ser humano pasaba al tiempo-espacio de los dioses,donde sufría un proceso de limpieza en forma de pruebas y sufrimientos.
  • El eje cósmico, principalmente en su figura de monte, se proyecta tanto en promontorios geológicos como, artificialmente, en construcciones templarias.

 

Investigador emérito de la UNAM, entre sus libros figuran: Hombre-dios, Los mitos del tlacuache y El conejo en la cara de la Luna. Fue distinguido con el Premio Nacional de Artes 2020 en el campo de las Ciencias Sociales.

 

De convicciones políticas, López Austin perteneció al PSUM (Partido Socialista Unificado de México) y simpatizó con el Partido Comunista, al que nunca se afilió, y llegó a colaborar con el PRD, pero tampoco se adhirió. Además, formó parte del cuerpo de asesores del EZLN para Los Diálogos de San Andrés.

 

Sus últimas luchas fueron dos. El recorte presupuestal del 75% a gastos operativos del INAH y su apoyo a los 31 científicos y ex funcionarios del Conacyt que fueron acusados, entre otras cosas, de delincuencia organizada.

 

El pasado viernes partió físicamente el gran Alfredo López Austin a quien tuve el privilegio de tratar y conversar en áreas comunes de trabajo, lo que considero un inolvidable privilegio.

 

Retomo un concepto del propio López Austin «La muerte del ser humano, recordaba el maestro, implicaba la separación y dispersión de los componentes de cada quien. Se regresaba así a la tierra lo que se había consumido de ella” .

 

@PerlascaLety

FB Leticia Perlasca