México reivindica su «grandeza» y la restitución de sus bienes culturales con una exposición en el marco del Bicentenario de su Independencia, a cuyas celebraciones el gobierno de izquierda ha puesto un fuerte acento político.
Sobriamente titulada «La grandeza de México», la exposición presenta 1.500 piezas en dos sitios, incluido el prestigioso Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México.
Casi la mitad de estos objetos se exhiben por primera vez en su país de origen, muchos de ellos cedidos o devueltos por países o coleccionistas europeos.
Se muestran esculturas mayas de Yucatán, códices aztecas, objetos de culto de las civilizaciones que dieron forma a México (Toltecas, Teotihuacán), que permiten entender «quiénes somos los mexicanos», dijo una entusiasta Yectli Hernández, visitante del museo.
La «chilanga» (habitante de la capital) de ojos claros se declara muy orgullosa de su primer nombre en náhuatl -lengua indígena aún vigente- seguido de su apellido de origen español. Es una clara imagen de la diversidad que se puede ver fácilmente en las calles de la megaurbe.
«Estoy orgullosa tanto de entrar a una catedral como de visitar las pirámides», sostuvo la sexagenaria.
La exposición es una prueba de que «la historia de este país no comenzó hace apenas 500 años», aseguró Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura, durante la inauguración realizada a finales de septiembre. Este año también se conmemoran los 500 años de la conquista española a Tenochtitlan-México.
– De nuevo en casa –
La repatriación de estos bienes es una de las luchas del gobierno izquierdista que, desde finales de 2018, asegura haber «recuperado 5.746 bienes patrimoniales históricos» dispersos en el extranjero.
Al inaugurar la muestra, el presidente Andrés Manuel López Obrador condecoró al comandante italiano Roberto Riccardi con la Orden Mexicana del Águila Azteca, la más alta distinción del país, por su aporte a la recuperación de piezas en el extranjero.
El pasado 16 de septiembre, Riccardi incautó una quincena de bienes culturales mexicanos a punto de ser subastados en Italia. Este militar estaba al frente de una brigada para «salvaguardar el patrimonio cultural».
«La subasta de esos objetos constituye un delito a ojos de la ley mexicana», denunció la secretaria de Cultura.
«En cada subasta hay una demanda de México para la incautación y el retorno de piezas al país», dijo Bernard Tallet, director saliente del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA), organismo dependiente del ministerio francés de Relaciones Exteriores.
«Algunas vienen de la colonización. Otras salieron del país en el siglo XIX. Este es el testimonio de la estrecha relación en el campo científico entre Europa y México», añadió Tallet, también presente en la exposición.
«La verdad es que nos pertenecen», afirmó en tanto Yectli Hernández, sin ocultar su simpatía por el gobierno de López Obrador.
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